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Actualizado: 16 de julio de 2025


En uno de estos viajes vine muy cambiado; me blanqueaba el cabello y traía en los brazos una niña. Me estuve entonces aquí un año entero; un año que fué para mi alma ocasión de intensas revelaciones; la niña, tan pequeña, tan impotente, iba poseyendo todo mi albedrío. En rendirla yo mi voluntad sentía un extraño goce lleno de encantos nuevos.

La tumefaccion de los pechos con sensibilidad al tacto, escoriaciones en el pezon seguidas de punzadas, son particulares del sulfuro, así como una viva escitacion, pero rápida é impotente, de los órganos genitales. El infarto del testículo pertenece mas al hidroclorato y al sulfuro que al oro metálico.

El hijo desheredado de un pequeño squire, igualmente poco dispuesto a trabajar la tierra y a mendigar, se sentía casi tan impotente como un árbol desarraigado que, favorecido por el suelo y la atmósfera, se habría desarrollado considerablemente en el propio sitio en que antes sólo era un retoño.

La melancolía del mar, en su indolencia no tiene por tarea multiplicar la muerte, sino que, impotente, tiende á conciliar el progreso con el exceso de movimiento. Es cien y mil veces más rico que la tierra, más rápidamente fecundo. Edifica y fabrica. Caúsanos tristeza al recordar que los miles de millones de seres que habitan el mar sólo poseen el amor vago, elemental, impersonal.

Construía barcos, y no naufragaba uno, para alterar con una catástrofe la monotonía de su existencia. La desgracia era impotente para él; estaba abroquelado y aunque ella corriese á estrecharle entre sus brazos, la caricia mortal sería un roce insignificante.

Aún podían ser felices: los tres vivirían en santa calma sabiendo respetarse. Ella no olvidaba que poseía una fortuna, gracias á él: era buena muchacha y haría lo necesario para que su protector no sufriese. Pero el millonario contestaba con voz quejumbrosa, impotente ya para revolverse. «Yo solo, yo soloJudith se indignaba. ¡Grosse bête, va! Lo que él pedía era imposible.

Sintió que era impotente para luchar con aquel apetito de venganza. Toda su filosofía despiadada, indiferente, se había ido a pique. El mundo dejó de ser pura representación; se convertía en realidad innegable; la vida adquiría el valor absoluto que tiene para todo ser finito. Era forzoso, a despecho de la razón, satisfacer los instintos animales que gritan en el fondo de nuestro ser.

Misia Casilda pasó a su cuarto, impotente ya para seguir fingiendo, y echada en el reclinatorio, delante del nicho desierto, lloró largo rato...

O los cuerpos sabrosos ó los órganos animales habrán sufrido alguna mudanza, con la que se ha cortado la relacion que antes tenian: se nota que una causa que antes producia un efecto, es ahora impotente para producirle.

El Barbas corría hacia el gentío, dando gritos de entusiasmo. ¡Duro, duro! ¡No comenzaba mal la cosa!... Quiso ir el doctor hacia el ensanche, pero se detuvo, viendo que la muchedumbre, lentamente, avanzaba su pesado oleaje con dirección al Arenal. La caballería, impotente para contenerla, se limitaba á ir con ella, creyendo evitar así mayores desmanes.

Palabra del Dia

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