Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 27 de julio de 2025
Mas, ¡nada!, esta ilusión, fugaz, ligera, sólo es vana esperanza que aumenta mi dolor y mi agonía que me roba la calma, y arranca de mis ojos melancólicos, sinceras, fugitivas, muchas lágrimas. Abril, 1919. Bien, aquí estoy, de cara al Universo, Altivo el gesto y el mirar sereno; Lanzando al viento mi sonoro verso, De grato incienso y de perfumes pleno.
Y Febrer, sonriendo a impulsos del grato recuerdo, contemplaba su frente abombada, que parecía oprimir con su pesadumbre los ojos imperiosos, pequeños e irónicos, sombreados por gruesas cejas.
Ya leyendo, ya de tertulia ó de paseo con el P. Jacinto, ya de expediciones campestres y venatorias con el mismo padre y con el iluminado y ameno tío Gorico, el tiempo se deslizaba del modo más grato.
Los de la fiesta no resultaron alegres. La gente se mostraba lacia, desanimada, como si todos se hallasen bajo el peso de un disgusto. Y en realidad, no era grato ver alejarse, quizá para siempre, á un amigo de toda la vida. El mismo señor Rafael, cuya alegría era inagotable, estaba menos expansivo.
Pero cuando se le interrogaba sobre una calidad de la impresion, para producir placer ó disgusto, entonces se hallaba en un terreno comun a todas las sensaciones: las ideas de grato y de ingrato, no eran para él cosas nuevas, y por lo mismo sobre ellas podia decir sin vacilar: «esto me gusta mas, aquello no me agrada tanto.»
Tu recuerdo es para mí algo muy grato en medio de esta aridez de Madrid. Y por eso, yo cada día te escribo más, aunque sea poquito, y deseo que tú me escribas.
Al día tercero después de la llegada de D. Fadrique, su hermano D. José y su familia se volvieron á la ciudad; y entonces, con más reposo, pudo entregarse el Comendador á otro placer no menos grato: el de visitar y recordar los sitios más queridos y frecuentados de su niñez, y aquéllos en que le había ocurrido algo memorable.
Ni había con justicia para Juan placer más grato, ahora que en Lucía había entrevisto aquel espíritu seco y altanero, que estar cerca de Ana, cuyo espíritu puro con la vecindad de la muerte se esclarecía y afinaba. Y se asombraba Juan, con razón, de haber pasado, libre aun, cerca de aquella criatura que se desvanecía, sin rendirle el alma.
¡Y qué grato es el pasearse por ellas en los hermosos días de la estación de las flores bajo un cielo purísimo, respirando la atmósfera embalsamada, mientras la brisa suave mece con dulce murmullo las hojas de los árboles!...
Palabra del Dia
Otros Mirando