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La primera época contendrá, segun los primeros escritores y conforme á mis observaciones, los detalles sobre las naciones americanas que ántes de la conquista del nuevo mundo habitaban la provincia. Describiré sus límites antiguos, sus divisiones, sus emigraciones, sus costumbres, procurando escudriñar lo que respecta á la parte verdadera ó fabulosa de su historia y de su religion.

Convengo, amigo Moreno, en que los hombres de imaginación no somos a propósito para escudriñar los problemas abstrusos de la ciencia replicó dulcemente Oliveros, relamiéndose interiormente con el dictado de poeta que el otro le había otorgado. Pero no me negará usted que sólo por el sentimiento se han llevado a cabo las grandes empresas, todos los actos heroicos que registra la historia.

No yo, ni me lanzaré a escudriñar y a investigar si el Sr. Baroja ha intentado con su novela demostrar alguna tesis o darnos alguna lección moral, social o política.

Tomó la costumbre de no despedir sin limosna a ningún pobre que se la pidiese, pues, además de dictárselo así su corazón, tenía la multitud de casos en que Nuestro Señor o la Virgen se habían aparecido bajo la forma de pordioseros a muchos santos y santas. El temor y el deseo de que otro tanto le sucediese a ella, la obligaba a escudriñar el semblante de los pobres con cierta emoción.

Sabiendo esto el escritor de costumbres, no desdeña muchas veces salir de un brillante rout, o del más elegante sarao y previa la conveniente transformación de traje, pasar en seguida a contemplar una escena animada de un mercado público, o entrar en una simple horchatería a ser testigo del modesto refresco de la capa inferior del pueblo, cuyo carácter trata de escudriñar y bosquejar.

Todo eso, Ramiro, no es otra cosa que el humo de la antorcha viva de la verdad, e los que buscan sólo ese humo pronto se enceguecen, e no pudiendo ni queriendo escudriñar los secretos de la Escritura y de la ardua enseñanza escolástica, esperan que Dios se los revele, de una vez, en un rapto, e hablar con El, cara a cara, como si fuera con el Corregidor o el Obispo.

Yo no he llegado a ponerlo bien en claro, de suerte que, al ir escribiendo esta historia, lo probable es que lo deje turbio o nebuloso. De cualquier modo que fuese, y sin escudriñar los secretos de doña Inés en lo tocante a la conducta, aseguro con evidencia que ella, en lo teórico, sin afectación ni mentira, tenía la más acendrada fe religiosa.