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Actualizado: 31 de mayo de 2025
Cabalmente hacia la época en que Hans Sachs y Rosenblüt , no obstante su rudo ingenio y dotes poéticas populares, echaban los cimientos de su literatura dramática, que hubiesen podido servir á poetas posteriores para darles forma más perfecta, abrieron los eruditos con sus piezas latinas un abismo entre la comedia popular y el drama clásico de más altas pretensiones.
En lo que no han tenido que afanarse tanto los eruditos ingleses como los españoles, es en averiguar quiénes eran, de dónde procedían los personajes que ponía en acción su poeta.
Muchos romances de fines del siglo XV y principios del XVI manifestaban terminantemente, que hasta los poetas eruditos emplearon estas formas, aunque no siempre en ventaja del género y de su sencillez.
Si el Poeta nombra á un Filósofo de la Grecia, se le presenta la ocasion oportuna de explicar la vida, los hechos, y sentencias del Filósofo, y nos da un compendio de LAERCIO, de PLUTARCO, y de todos los antiguos que han tratado del asunto. Así se ve claramente, que esto no lo hacen por esclarecer los Autores, ni por hallar la verdad, sino por adquirir fama de hombres eruditos.
Sólo fueron acogidas con aplauso, desde el principio, por los eruditos y por los individuos de la Academia Española, considerándolas como el modelo del buen gusto, penetrando luego poco á poco en las demás clases sociales, de tal suerte, que hubo ya motivos para emprender con buen éxito la reforma proyectada en el teatro. Reformas hechas en los teatros. Traducciones de dramas franceses.
Moratín consagró casi exclusivamente los últimos años de su vida á trabajos eruditos, y, entre ellos, particularmente, al examen é ilustración de los más antiguos documentos del drama español. Del resultado de este estudio, Los orígenes del teatro español, hablamos ya en su lugar oportuno en el prólogo de esta obra.
Esta imposibilidad de someter sus facultades a una dirección fija y encaminarlas hacia un fin impuesto por la reflexión, manifiéstase, en lo literario, en el frecuente fracaso de Lope en las líneas generales de sus obras, sobre todo en sus poemas eruditos.
Verdad es que son poco fidedignos los datos que hasta ahora tenemos, referentes á la historia y condición de los primeros pobladores de España, para conceder á estas danzas nacionales la remota antigüedad, que le atribuyen la tradición popular y los asertos de los eruditos indígenas, por más que no falten razones sólidas en apoyo de su opinión.
Hasta aquí JIMENO. A cuyas noticias, si no temiéramos alargar demasiado esta prefacion, pudiéramos añadir otras y varios elogios de nuestro Autor, que pueden verse en la Biblioteca Valentina del citado M. Fray Joseph Rodriguez; sin embargo no podemos dejar de admirar, que ni estos dos eruditos, ni Nicolás Antonio, que en su Biblioteca Española apenas deja de dar á cada obra y Autor el merecido elogio no le hiciesen de las del nuestro con la debida puntualidad; acaso porque no lograrian leerlas, por ser tan raras.
De sus recuerdos de la vida militar, y de lo que vió y observó más tarde en su profesión de cómico, quiso Rojas componer su libro; asimismo quiso también publicar varias loas, exornándolo todo con ciertos conocimientos y rasgos eruditos, no siempre traídos con oportunidad. Sirven de lazos, que traban el conjunto, unos diálogos entre cuatro actores, que viajan buscando más numerosa compañía.
Palabra del Dia
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