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Actualizado: 5 de mayo de 2025
El 13 de abril de 1835 se recibió Rosas del gobierno, y su talante desembarazado y su aplomo en la ceremonia no dejó de sorprender a los ilusos que habían creído tener un rato de diversión al ver el desmayo y gaucherie del gaucho. Presentóse de casaca de general, desabotonada, que dejaba ver un chaleco amarillo de cotonía.
No ya sólo hasta al cuarto donde escribo, sino hasta a mi alcoba penetran, sin que nadie se atreva a oponerse, el señor vicario, el escribano, mi primo Currito, hijo de doña Casilda, y otros mil que me despiertan si estoy dormido y me llevan donde quieren. El casino no es aquí mera diversión nocturna sino de todas las horas del día.
Apenas se oye una guitarra en cualquier ventorrillo de la Mancha, ó en uno de los encantadores patios moriscos de las casas de Andalucía, ó al aire libre, á la sombra de un espeso granado, cuando acuden los campesinos, trabajadores y jornaleros de la ciudad, ansiosos de tomar parte en su diversión favorita, mostrándose incansables los jóvenes en corresponder á los deseos de la multitud.
Cualquiera que hubiera entrado a la sazón en el circo, no habría creído asistir a una diversión pública, sino a una solemnidad religiosa. ¡Tanto era el silencio! Los dos adversarios se contemplaban recíprocamente. Pepe Vera agitó la mano izquierda.
Sigue el diario con una extensa reseña de París, sus museos y edificios más notables, expresando deseos de presenciar alguna diversión pública, de lo que se abstiene por escrúpulos de conciencia.
El niño de pecho, encanastado en su andador, era el objeto de la diversión de otro chico de cinco años, hermano suyo, que se entretenía en enseñarle gracias que son muy a propósito para desarrollar la inteligencia, tan precoz en aquel país.
Esta atencion no es incompatible ni con la misma diversion y recreo, pues es claro que el esparcimiento del ánimo no consiste en no pensar, sino en no ocuparse de cosas trabajosas, y en entregarse á otras mas llanas y lijeras.
Garrote vivía, aunque en estado deplorable, pues había llegado a servir de diversión a los chicos. Hallábase cerca de Elizondo en un caserío, al cual bajó desde los Alduides a mediados de Marzo.
A medio día ya estaba listo el nacimiento. El cariño de las tías había conservado mis juguetes, y con ellos bastó y sobró para el nacimiento. Me sentí un chiquillo, como si tuviera yo seis años, a la vista de objetos que fueron para mí, en mejores días, motivo de fiesta y diversión.
Todas mis inquietudes desaparecieron al verle; no quise en manera alguna interrumpir su diversión de aquella noche. Al día siguiente me levanté temprano, con la impaciencia de ver a mi hijo, y preocupada por el efecto que le había de producir mi visita, y el temor de encontrarle delicado, poco dispuesto para venirse conmigo, o acaso enredado en algún mal negocio.
Palabra del Dia
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