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A pesar de esta sombra, los ojos de los viajeros, conocedores del terreno, distinguieron en la misma falda de la negra cortina la aguja de la torre de la catedral. Los presos y sus custodios llegaron al llano y atravesaron el valle de un cabo a otro, empleando en ello mucho tiempo, a causa principalmente del cuidado que exigían los heridos.

En la costa cantábrica, el Malecón y Marineda se distinguieron por la abundancia de comités, juntas, clubs, proclamas, periódicos y manifestaciones. Y es de notar que desde el primer instante la forma republicana invocada fue la federal. Nada, la unitaria no servía: tan sólo la federal brindaba al pueblo la beatitud perfecta. ¿Y por qué así? ¡Vaya a saber!

Sus composiciones dramáticas se distinguieron lo bastante, á pesar de la muchedumbre de obras del mismo género que inundaban entonces los teatros, para llamar hacia ellas particular atención . Se asemejan mucho á las de Rojas por la misma propensión á las exageraciones y á las extravagancias fantásticas, por la misma tendencia á ponderar lo natural y lo verdadero, y en la dicción, por igual mezcla de la naturalidad más sencilla con la hinchazón y la hojarasca, aunque predominando estos últimos defectos.

Los cantos religiosos llegaron también en tiempo de los árabes á grande altura, é Isidoro de Beja cita muchos músicos y poetas, que se distinguieron en esta época por los himnos y antífonas que compusieron .

En esta memorable jornada, la mas brillante de las que tuvieron lugar en la América del Sud, junto al jefe que la alcanzó se distinguieron heróicamente José Maria Córdoba, el inglés Miller y el general Lamar.

Con los dichos termina la serie de poetas que se distinguieron en la literatura dramática durante la primera mitad de la carrera también dramática de Lope . Sígueles una segunda serie de los que trabajaron en época algo posterior, y cuyo período más floreciente coincide con el de Lope.

Martin y Candido distinguiéron con mucha claridad en el combes de la nave que zozobraba unos cien hombres que todos alzaban las manos al cielo dando espantosos gritos; en un punto se los tragó á todos la mar. Vea vm., dixo Martin, pues así se tratan los hombres unos á otros. Verdad es, dixo Candido, que anda aquí la mano del diablo.

Ya era hora; mis ojos, extraviados por el terror, distinguieron á corta distancia una especie de muralla movible precedida de una masa espumosa que avanzaba hacia con la velocidad de un caballo desbocado. Esa muralla de barro, agua y piedras, era la que producía el terrible estruendo que me había despertado y me amenazaba.

Algunos restos que aun se conservan de casas de aquella época en Toledo y en Granada, leves vestigios en las de Córdoba y Sevilla, y sobretodo, el conocimiento general que nos ofrece la historia del arte, comprobado por la lectura de los documentos de la época y el de las costumbres de entonces, así como los caracteres generales que distinguieron á aquella sociedad, mitad cristiana y mitad sarracena, nos dan la clave para reconstituir también el interior de sus casas.

Las compañías principales, que se distinguieron en la capital, hacia el año 90 del siglo XVI, fueron las de Juan de Vergara, Pinedo, Ríos, Alonso Riquelme, Villegas, Heredia, Pedro Rodríguez, Jerónimo López, Alonso Morales, Alcaraz, Vaca, Gaspar de la Torre y Andrés de Claramonte.