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Por fin, la infecta masa llega al río, desembocando en él pesadamente. Negra ó violácea, se prolonga á lo largo de la orilla, sin mezclarse con el agua relativamente pura de la corriente, y determinando una línea sinuosa francamente trazada.

Horas y horas pasaban de este modo: la máquina, remedo de la naturaleza, reproduciendo en millones de ejemplares un mismo tipo y una misma forma; el hombre, determinando la fuerza impulsora, semejante al soplo vital en los organismos animales.

La situación de Lyon es admirablemente feliz para el comercio interior y exterior, y su variada topografía la apropia para lo útil igualmente que para lo pintoresco. Dos pequeñas montañas ó colinas y dos magníficos rios le sirven de base, determinando su estructura y su fisonomía. Las colinas son las de Fourières y la Croix-Rousse; los ríos el Ródano y el Saona.

Con motivo de este gran terremoto creció la devocion al arcángel custodio de Córdoba S. Rafael, determinando el cabildo que se hiciese todos los años procesion á la ermita de su advocacion el dia 7 de mayo, en que se celebra la aparicion del santo patrono.

La impaciencia, la cólera que constantemente experimentaba, habían exaltado su cerebro e inflamado su sangre, determinando una fiebre maligna, y en el estado de irritación en que se encontraba, no sabiendo en quién descargar su enojo, eligió a su sobrino como víctima y se vengó en él de la revolución de julio.

Las muchas guerras que se movieron contra el reino y las necesidades de su defensa, obligaron al rey D. Felipe IV á solicitar un donativo voluntario, sobre lo cual recibió el cabildo de Córdoba una carta del presidente de Castilla y confesor de S. M., en cuya vista y la de causa tan justificada ofreció en 7 de febrero un subsidio de 12000 ducados, determinando al mismo tiempo hacer contínuas rogativas por el pronto término de las revueltas que afligian á la monarquía y á la católica en Europa, Asia y Africa.

Después de un día de penas, apuros, celos y disputas, llega la noche, y para consolarte... das un baile. ¡Qué gracioso! Satisfaces tu orgullo y tus apetitos determinando en ti una gran excitación cerebral, de la cual irradian sensaciones y goces. Sabes vestir con tal arte la mentira, que misma llegas a tenerla por verdad. Te engañas con tus propias farsas, desgraciada.

1 ¡Ay de los que establecen leyes injustas, y determinando prescriben tiranía, 2 por apartar del juicio a los pobres, y por quitar el derecho a los afligidos de mi pueblo; por despojar las viudas, y robar los huérfanos! 4 Sino se inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. 5 Oh Assur, vara y bastón de mi furor; en su mano he puesto mi ira.