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Actualizado: 9 de noviembre de 2025


No hay para qué decir que la pluma debía de estar muy aburrida; pues suponiendo un alma en han delicado, aéreo y flexible cuerpo, la consecuencia es que esta alma no podía vivir contenta en el corral descrito.

Para mayor evidencia aún, acudamos a otra bella arte: a la escultura. Nadie me negará que aquel glorioso personaje que dio nombre a su siglo y que tenía tan claro entendimiento y tan delicado gusto, recordaría el Júpiter y la Minerva de su amigo Fidias, y todas las estatuas de nuestras plazas, templos y paseos le parecerían menos que medianas.

Imp. y estereotipia de LA NACIÓN. Buenos Aires. La novela que con el presente volumen ofrecemos a nuestros lectores, es de un corte delicado, y de tal manera interesa, que quien empiece su lectura es difícil la deje sin haberla saboreado hasta el final.

En el sopor físico y moral en que la sumió la muerte de su madre, Liette no tuvo lágrimas más que para ella y todos los demás dolores se hundieron en aquella fosa abierta, duro y frío lecho para aquel delicado pájaro exótico.

Pero en materia de hoteles, como de cafés, almacenes, etc., el Inglés hace conocer que le falta absolutamente la nocion del arte y casi del todo la del gusto delicado.

EL VICARIO DE WAKEFIELD. "Excelente, interesante, lo mejor de cuanto se ha escrito como novela doméstica." EL VICARIO DE WAKEFIELD. "Lo más delicado de cuanto la inteligencia humana ha producido en su género." EL VICARIO DE WAKEFIELD. "Ningún otro escritor ha logrado con tan buen suceso llegar á los fines del moralista. Pensamientos, humoradas y agudezas abundan en cada página."

Haciendo la guerra á los moluscos, mantiénese también molusco, es decir, constantemente embrionario y ofrece el extraño aspecto, ridículo y caricaturesco, no fuera terrible, del embrión que va á la guerra de un feto cruel, furioso, blando, transparente pero delicado y cuyo soplo es mortal.

Pero lo que una mujer honesta y espiritual como ella, entendía por casar bien a su hija, sería difícil concebirlo, si no se viese todos los días que las experiencias personales más dolorosas, el amor maternal más verdadero, el espíritu más delicado y aun la piedad más acendrada, no bastan para enseñar a una madre la diferencia que existe entre un bello casamiento y uno bueno.

Ya arreglaremos, ya arreglaremos a la hermanita. Aquella ofensa me llegó al corazón. No pude menos de murmurar: «¡Salvajeaunque en un tono delicado que no llegó seguramente a sus oídos. La verdad es que no fui en aquella ocasión modelo de dignidad y energía; pero hay que convenir también en que, de haberlo sido, mis asuntos hubieran empeorado notablemente.

De todos modos, ese es punto grave y delicado. Pero no reparo en nada. Vea yo a mi hija libre, hállese en situación tal que yo pueda verla, hablarla como y cuando se me antoje, y lo demás... ¡Cómo rabiaría doña María si llegara a comprender...! Mucho sigilo, Gabriel; cuento con tu discreción.

Palabra del Dia

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