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Actualizado: 25 de octubre de 2025
Tragomer vestido de tela blanca y llevando en la cabeza el casco colonial de corcho, saltó con ligereza á las losas mojadas de la escalera y subió al muelle. Una bandada de canacos vestidos de sórdidos oropeles se agolpó delante del viajero. El sargento exclamó rudamente. ¡Atrás! atajo de brutos...
Por espacio de tres siglos figuran estos apellidos, llevados por frailes, navegantes, militares, corregidores, adelantados, oidores, etc., en los cronicones de los diversos virreinatos de la era colonial, advirtiéndose su andariega presencia desde Méjico hasta la Asunción, pues el antiguo español aprendía la geografía andando.
Las casuchas de adobes, derruídas en el período de soledad y miseria, eran reemplazadas por edificios de ladrillo extensos y bajos, con un patio interior, imitando la arquitectura española de la época colonial.
Ahora lo mejor de la población, el ensanche de Vetusta iba por aquel lado, y si bien el Espolón y sus inmediaciones se respetaron, a pocos pasos comenzaba el ruido, el movimiento y la animación de los hoteles que se construían, de la barriada colonial que se levantaba como por encanto, según El Lábaro, para el cual diez o doce años eran un soplo por lo visto.
Pueblos germánicos y de otras razas y lenguas vinieron a establecerse en varias provincias del imperio, dando origen a nuevos Estados y aun a nuevas nacionalidades; pero el imperio colonial de España ha tenido fin, dividiéndose de manera muy distinta, por obra de los mismos españoles de origen que han querido y logrado ser independientes.
Misia Melchora es lo más alto entre lo más eminente o empingorotado de nuestra sociedad. Sus apellidos, así los propios como el de su consorte, fallecido 25 años hace, significan doble tradición, colonial y patricia. Un Nuezvana fue virrey del Perú, caballero ostentoso que imitaba en Lima el boato borbónico, según cuenta Ricardo Palma en sus apologías de aquellos magnates.
Uno de mis remotos abuelos apacentaba sus caballos y construía su barraca colonial donde existen actualmente jardines, monumentos y grandes hoteles. Eran centenares de millones de metros: á una peseta el metro, ¡imagínate, Miguel!
Fuerza y miedo era el antiguo régimen colonial; más fuerza y más miedo fue fatalmente y de ordinario el régimen restaurado por Rosas.
Porque el misticismo es una flor que se alimenta por una parte con savia de la tierra y por la otra con rocío del cielo. Durante las horas de estudio pedía permiso para pasearse a solas por el claustro. La vieja arcada colonial circundaba todo el jardín. En la fachada blanca de los arcos se abrían grietas revestidas de musgo; interiormente la bóveda, muy baja, comunicaba una impresión de sepulcro.
La universidad de Córdoba data del primer siglo de la vida colonial.
Palabra del Dia
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