Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 23 de mayo de 2025
Guzmán iba allí a lo que hemos visto, y nada más; y eso porque sentía en su alma cierto extraño apetito que no se calmaba sino con aquel sencillo manjar, que él pagaba, no siéndole permitidos mayores lujos, con los más caros y caprichosos juguetes que hallaba en Madrid o en cualquiera parte del mundo por donde anduviera.
Como una pulgada nada más había de tierra floja. Los reyes son caprichosos, y este reyecito quería salirse con su gusto. Mandó pregoneros que fueran clavando por todos los pueblos y caminos de su reino el cartel sellado con las armas reales, donde ofrecía casar a su hija con el que cortara el árbol y abriese el pozo, y darle además la mitad de sus tierras.
A veces se aparecían también, a guisa de sorprendentes cometas, las ricas cubanas de Amézaga, con sus sombreros extraordinarios, sus sombrillas monumentales y sus atavíos caprichosos, destilados siempre a la quinta esencia de la moda. Pilar las distinguía de cien leguas, por sus famosos sombreros, imposibles de confundir con otro tocado alguno.
La abundancia de hojas en lo más alto de las plantas formaba verde toldo, por el cual se filtraba tamizada y tenue la lumbre solar, mitigando sus ardores y formando caprichosos cambiantes de refulgente claridad y de sombra apacible. El kokila y otras aves cantoras entonaban sus trinos y gorjeos.
En Toledo faltan absolutamente en las clases inferiores esos atavíos pintorescos, de colores vivos y cortes caprichosos, que se ven en Valencia, en Sevilla y otras poblaciones ménos impregnadas de los usos castellanos.
Un silencio absoluto, algo como la apagada calma veneciana, sin el grito natural y monótono de los gondoleros que se dan la voz de alerta. A veces, a lo lejos, un farol cuyo reflejo va dibujando caprichosos arabescos en el suelo, alumbra y precede... una silla de manos, que oscila cadenciosa al andar de los hombros que la llevan. Es una señora que va a una fiesta.
Capítulo II. Aspecto esterior e interior de Teruel. La puerta de San Salvador. La de la Anda-quilla. La de la Traición. El auto de fe. El Acueducto de Teruel. Vista por fuera la ciudad de Teruel admira por su posición soberbia y por la magestad de sus altas y moriscas torres coronadas de caprichosos arabescos y levantadas sobre arcos que por su pie abren paso a la calle con pintoresca osadía.
Era en realidad sorprendente la vasta variedad de formas en que se complacía su inteligencia, sin orden ni concierto, siempre en un estado de actividad sobrenatural, sucediéndose unas á otras como las emanaciones y despliegues caprichosos de la aurora boreal.
El cuadro era digno del satírico pincel de Hogarth; los mimos de mi tío con su joven esposa, llena de caprichosos antojos, de manías y veleidades, tenían ese sello característico de los devaneos seniles, que rebajan la energía del hombre y deprimen tanto la dignidad de los ancianos.
Al atravesar una espléndida plaza, interesante por recuerdos históricos, dimos con una esplanada vecina, llena de gente y animales. Celebrábase en aquel momento un mercado característico de los Gitanos. Todos los vendedores eran de esa raza, mientras que los compradores pertenecían á la nacional. Donde quiera grupos de gente, de vestidos caprichosos ó tristes.
Palabra del Dia
Otros Mirando