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En consulta al Rey hecha en 1637 sobre los vestidos de merced que se daban a ciertos servidores de palacio, después de proponer que se fijara el coste de los trajes del destilador, del tío que guardaba los lebreles, de los músicos, de los barberos y ¡de Diego Velázquez! se nombra a varios bufones u hombres de placer: allí figuran, además de un Pablo de Valladolid a quien luego se ha llamado Pablillos y que no tiene aspecto de bufón, otros que seguramente lo eran: Calabacillas, Soplillo, don Juan de Austria, Cristóbal el ciego, el enano inglés don Antonio, a quien se pagaba un ayo, y Nicolás Panela y Bautista el del ajedrez que debían de ser muy destrozones y perdidos, pues al proponer que se les diera vestido se indica la conveniencia de obligarles a que se lo pongan para que no anden como ahora, lo cual da a entender que eran unos grandísimos puercos.

Apolo desollando a un sátiro. Retrato ecuestre de Felipe IV. Un caballo. Otro bayo. Un jinete. Otro. Retrato de un príncipe. Retrato de Ochoa, portero de Palacio. Retrato de Cárdenas, el bufón toreador. Calabacillas, bufón. Velasquillo, bufón. Dos retratos. Catorce cabezas en ocho lienzos. Montería de lobos. Felipe IV cazando jabalíes. Una cornamenta de ciervo. Un pelícano y otros pájaros.

Pendíanle de las orejas dos calabacillas de vidrio, que parecían perlas: los mismos cabellos le servían de garbín y de tocas.

Los antiguos inventarios del Alcázar y los biógrafos de Velázquez hablan de otros retratos de bufones cuyo paradero se ignora: citan el de Calabacillas, que acaso sea el designado hoy como el bobo de Coria, pues se recordara que tiene ante en el suelo dos calabazas; el de Cárdenas, el toreador, y el de Velasquillo: finalmente, Ponz, al enumerar las pinturas que en su tiempo existían en el palacio del Retiro, menciona «un bufón divertido con un molinillo de papel y alguno más, que son del gusto de Velázquez» . Finalmente, Stirling, dice, que el capitán Widdrington, autor de La España y los españoles en 1843, asegura en esta obra haber visto el retrato de una enana desnuda representada en forma de bacante.