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Actualizado: 23 de noviembre de 2025


19 Y las copas, e incensarios, y bacines, y ollas, y candeleros, y escudillas, y tazas; lo que de oro de oro, y lo que de plata de plata, llevó el capitán de la guardia. 20 Dos columnas, un mar, y doce bueyes de bronce que estaban debajo de las basas, que hizo el rey Salomón en la Casa del SE

A lo que Milagros contestó entre suspiros que ya esta probable solución se había tanteado y no podía contar con la renta hasta el 15 de Julio... Eso , la renta era segura, y a la persona que le hiciera el anticipo, le pagaría puntualmente en dicha fecha. Pero ¿no puede usted aplazar...? Imposible, hija, imposible... Tan imposible como que vuelen los bueyes o que mi marido tenga sentido común.

En días de fiesta patriótica, ayudado por Friterini, procedía al embanderamiento de la techumbre, dando explicaciones al comisario, único representante de la autoridad. Se expresaba como un jefe de protocolo llamado á consulta por el presidente del gobierno. Usted, don Roque, conoce muchas cosas; pero en esto de las banderas yo mejor con qué bueyes aro.

23 Diez bueyes engordados, y veinte bueyes de pasto, y cien ovejas; sin los ciervos, cabras, búfalos, y aves engordados. 25 Y Judá e Israel vivían seguros, cada uno debajo de su vid y debajo de su higuera, desde Dan hasta Beerseba, todos los días de Salomón. 26 Tenía además de esto Salomón cuarenta mil caballos en sus caballerizas para sus carros, y doce mil caballos de cabalgar.

Los senadores y el público lanzaron grandes carcajadas mientras él iba detallando su estadística alimenticia. El Hombre-Montaña devoraba cuatro bueyes cada día, dos por la mañana y dos por la noche, además de enormes cantidades de aves, pescados y frutas.

Los dos bueyes que necesitaba para un solo plato costaban una cantidad igual á la que recibía él por dos meses de cátedra; tres almuerzos del Hombre-Montaña acabarían con todos sus ahorros.... Y convencido de que no podía remediar su hambre, se entregó á la desesperación. Gillespie, en realidad, era menos digno de lástima que lo imaginaba el profesor.

Pero al hacer la tasación, no hace más que determinar con exactitud el valor de lo que posee, adoptando una medida común, que es el dinero. Si en vez de los reales, de los escudos o de las pesetas, fuesen los bueyes la medida, diríamos que tal propietario tenía una tierra que valía quinientos bueyes, y tal empleado un sueldo de veinte bueyes al año.

Los demás bueyes los obtiene, fletándolos al precio de 2 pesos cada uno; y por consiguiente, por los 184 que le faltan, tendrá que desembolsar 368 pesos para llegar á Buenos Aires, y otros tantos para volver á Salta, total en cada viage redondo 736

Tambien se podrá mandar de aquí un cierto número de bueyes mansos y carretas para conducir el agua que se ha de beber, en cuanto no se descubren otras providencias.

Familiarizados con el explosivo, metíanse entre los grupos empujando para abrirse paso y ver al muerto. En medio del camino estaban inmóviles varias carretas con sus bueyes de raza vasca, pequeños, de patas finas, con una piel de carnero entre los cuernos adornando el yugo. Al llegar el doctor se abrió el compacto grupo, dejando ver un hombre tendido en la cuneta, con las ropas en desorden.

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