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Actualizado: 4 de julio de 2025


El que lo montaba tenía una balanza en la mano para pesar el sustento de los hombres. Era el Hambre. El cuarto animal saludaba con un bramido la rotura del cuarto sello. «¡Salta!» Y aparecía un caballo de color pálido. «El que lo montaba se llama la Muerte, y un poder le fué dado para hacer perecer á los hombres por la espada, por el hambre, por la peste y por las bestias salvajes

17 Y fue el diluvio cuarenta días sobre la tierra; y las aguas se multiplicaron, y alzaron el arca, y fue alzado de sobre la tierra. 21 Y murió toda carne que anda arrastrándose sobre la tierra, en las aves, y en las bestias, y en los animales, y en toda criatura que anda arrastrándose sobre la tierra, y en todo hombre; 24 Y prevalecieron las aguas sobre la tierra ciento cincuenta días.

Las olas me hacían el efecto de un espantoso mob, de un horrible populacho; no hombres, sino perros ladrando, de miles y miles de dogos rabiosos, ó más bien, dementes... ¿Qué estoy diciendo? ¿Perros? ¿Dogos? no era esto, no; sino execrables é innominadas apariciones, bestias sin ojos ni orejas, sin otro órgano que sus espumantes bocazas.

Y más allá del círculo rojo trazado por las llamas, en el muro de sombras temblonas tras las cuales estaba lo desconocido, brillaban ojos coléricos, sonaba el rechinar de las uñas al afilarse, estallaba el gruñido de las bestias hambrientas, cegadas por tanto resplandor.

7 Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén en este lugar; y les haré que caigan a cuchillo delante de sus enemigos, y en las manos de los que buscan sus almas; y daré sus cuerpos para comida de las aves del cielo y de las bestias de la tierra; 8 y pondré a esta ciudad por espanto y silbo; todo aquel que pasare por ella se maravillará, y silbará sobre todas sus plagas.

Los peones de las canteras vivían como bestias, ¿pero acaso comían y dormían mejor los labriegos del interior de España? Para muchos, la vida de las minas hasta constituía un mejoramiento de su bienestar, comparada con la existencia mísera de bestias desamparadas que llevaban en sus terruños los años de sequía y mala cosecha.

No solo son vivientes sensitivos los hombres, sino tambien las bestias; con que con la nocion genérica de animal conocemos al hombre y al bruto: y aunque la nocion de animal es clara para conocer lo viviente sensitivo, es confusa para conocer por ella sola al hombre.

Alineábanse los vehículos, y las bestias recibían inmóviles la lluvia, que goteaba por sus orejas, su cola y los extremos de los arneses. Los conductores refugiábanse en una tabernilla cercana, la única puerta abierta en todo el barrio de los Cuatro Caminos, y aspiraban en su enrarecido ambiente las respiraciones de los parroquianos de la noche anterior.

Los capitanes de trasatlántico lamentaban sus lujosos camarotes convertidos en dormitorios de tropa, sus cubiertas charoladas, que habían pasado á ser establos; sus comedores, donde se sentaban antes las gentes con smoking ó escotadas, y debían ser regados ahora con toda clase de desinfectantes para repeler la invasión de chinches y piojos, los olores animales de tantos hombres y bestias amontonados.

22 De la destrucción y del hambre te reirás, y no temerás de las bestias del campo; 23 pues aun con las piedras del campo tendrás tu concierto, y las bestias del campo te serán pacíficas. 27 He aquí lo que hemos inquirido, lo cual es así: Oyelo, y juzga para contigo. 1 Y respondió Job y dijo: 2 ¡Oh, si pesasen al justo mi queja y mi tormento, y se alzasen igualmente en balanza!

Palabra del Dia

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