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Actualizado: 28 de junio de 2025


Como los seres se diferencian mucho entre en naturaleza, propiedades y relaciones, el modo de mirarlos, y el método de pensar sobre ellos han de ser tambien muy diferentes. Imagínanse algunos que en sabiendo pensar sobre una clase de objetos está ya trillado el camino para lograr lo mismo con respecto á todos; bastando para ello dirigir la atencion á lo que se quiere estudiar de nuevo.

Lo reciente que es este último libro, el buen sentido de su autor, su instrucción y erudición, su espíritu religioso y católico, su culto constante á la belleza, y el aplomo y la mesura con que procede antes de emitir sus apreciaciones, le dan un mérito indisputable, bastando su lectura, hecha con atención debida, para poner al lector al corriente y en poco tiempo de cuanto se sabe hoy acerca de nuestra literatura dramática en este período tan interesante de su formación.

Muchos dramas muy célebres italianos, ingleses y especialmente franceses, son imitaciones totales ó parciales de otros españoles, bastando disipar la niebla, que envuelve al país en que nacieron tantas invenciones ingeniosas y eficaces resortes dramáticos, para lisonjearnos de que arrojaremos también nueva y grata luz sobre las literaturas extrañas.

Ir a Valencia era seguir el camino de la riqueza, y el nombre de la ciudad figuraba en todas las conversaciones de los pobres matrimonios aragoneses durante las noches de nieve, junto a los humeantes leños, sonando en sus oídos como el de un paraíso donde las onzas y los duros rodaban por las calles, bastando agacharse para cogerlos.

Estas pequeñas verdades son muchas en todas las profesiones; bastando para convencerse de ello, el oir á los que se ocupan aun en los oficios mas sencillos. ¿Cuál será pues el mejor agricultor?

Ya esperaba yo continuó el lego que un señor como usted conocería al hermano Garrido. Los padres de Roma piensan canonizarlo apenas pase el tiempo preciso. Y hablaba con entusiasmo de este hermano, como si fuese una celebridad universal, bastando citar su nombre para que todos repitiesen sus glorias.

Por último, no bastando el chocolate y el refresco, que pudiera pasar por merienda, para gente que comía entonces poco después de mediodía, se sirvió la indispensable cena. Durante este tiempo D. Fadrique buscó y encontró ocasión de tener un aparte con su sobrina, y le habló de este modo: Niña, veo que te gustan los versos más de lo que yo creía.

Cuando hablaba de Antoñico en presencia de Soledad lo hacía con afectado desdén: le llamaba payaso, titiritero, y recordaba con fruición cualquier lance ridículo de su vida. Pero, no bastando esto á desahogar su cólera sorda, un día, con las debidas precauciones, llegó á recriminar á su querida por la atención que le prestaba.

Palabra del Dia

rigoleto

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