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Actualizado: 10 de mayo de 2025
Es un pueblo prolongado, agudo y afilado por delante y más ancho por detrás, á manera de cepa de puente; tiene sus calles, plazas y habitaciones; está cercado de su amuradas; al un cabo tiene castillo de proa con más de diez mil caballeros en cada cuartel; al otro su alcázar tan fuerte y bien cimentado, que un poco de viento le arrancará las raíces de cuajo, os volverá los cimientos al cielo y los tejados al profundo.
Cuando se le hace una proposicion, por halagüeña que sea, vacila un momento, guarda silencio con aire cazurro, se rasca una oreja y acaba por decir: «Compadre, lo pensaremos.» Ninguno le arrancará jamas una resolucion improvisada ó una respuesta categórica por sorpresa.
Muley con los suyos me arrancará esta noche de los brazos de mi tío, quien no podrá o no querrá oponerse a tal violencia por amor a Muley y al ahinco con que desea conservar los derechos de nuestra familia. Dos galeazas tunecinas esperan para esta facción y rondan en los ancones de la playa.
La mía fué un recuerdo para los seres queridos que habitan aquella lejana tierra que iba perdiéndose entre los crespones de la noche. El nombre de Tayabas arrancará siempre una vibración á nuestra alma. Concluída la oración nos dimos las buenas noches, siguiendo las legendarias costumbres de nuestros abuelos, cubrimos nuestras cabezas y tomamos asiento al abrigo de la camareta del timón.
La brusquedad no retiene: ahuyenta. Cuanto más tarde llegue Daniel, más tierna y más solícita debes ser con él. No hay mejor apoyo para la mujer que la propia blandura de su corazón. Esto, que parece nuestra debilidad, es nuestra fuerza. Un día Daniel reconocerá que obra mal: le remorderá la conciencia, y el grato recuerdo de tu bondad le arrancará del Jockey Club.
Muchísimos abrazos a Mario: y de usted toda el alma de su hijo y discípulo». Así escribía a su viejo amigo, poco antes de salir para el destierro, poco antes de abandonar su patria y su hogar y sus libros el mancebo estupendo que había de ser más tarde el Libertador de su pueblo, y el que le arrancara su última presa en América a la hambrienta monarquía española.
Yo ahogaré en mi pecho el grito de inmensa felicidad que al volverla á ver de nuevo el amor me arrancará. Yo la dejaré camino viéndola, triste, pasar sin pedirle una sonrisa que calme mi ardiente afan.
Palabra del Dia
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