United States or Cameroon ? Vote for the TOP Country of the Week !


«Lo que ustedes oyen... Al tiempo... Ustedes lo han de ver... y pronto, muy pronto». Después se incautaba con disimulo de todos los terrones de azúcar que podía, y se marchaba a su casa, despidiéndose de cada uno particularmente con apretón de manos a espaldarazo. iv

El servicio obligatorio le hacía incurrir con frecuencia en estos errores. Las manos rudas, al oprimir la suya con un apretón agradecido, le dejaban satisfecho por unos minutos. ¡Ay, no poder hacer más!... El gobierno, al movilizar los vehículos, le había tomado tres de sus automóviles monumentales. Desnoyers se entristeció porque no se llevaban su cuarto mastodonte. ¡Para lo que servía!

Al llegar aquí no pude menos de recordar a mi primo sus expresiones de hacía cuatro años: Es encantadora la sociedad: ¡qué alegría! ¡qué generosidad! ¡ya tengo amigos, ya tengo amante! Un apretón de manos me convenció de que me había entendido.

Se equivocan como unas estúpidas exclamó una voz burlona y vibrante, la voz de Francisca, que entraba en este momento en el saloncillo. Y bien añadió, después de darnos un vigoroso apretón de manos, ¿hay indiscreción en preguntar a ustedes qué dicen esos imbéciles?... Y sin oír el grito ordinario de protesta que se nos escapó a pesar nuestro: «¡Oh! Franciscase instaló cómodamente en un sillón.

En cambio, ella no aguantó el apretón sin decir «¡basta!», lo cual llenó de regocijo al joven, a quien hacía sufrir la superioridad muscular de una mujer, por más que fuese aldeana.

Se saludaron alegremente con un cordial apretón de manos. No entremos en casa dijo Reynoso . Clara anda por ahí cazando y Elena se está vistiendo. Vamos a la glorieta a descansar y tomaremos una copa de vermut o de cerveza, lo que quieras.

Pero él fue discreto y no quiso abusar de la victoria, por temor de perder las ventajas adquiridas, y también porque empezaba a correr agudo frío en la solitaria alameda, y Amparo se levantó quejándose del relente y del aire, que cortaba como un cuchillo. Cruzáronse dos protestas de ternura, en voz baja, envueltas en el último apretón de manos, delante de la casa de la pitillera.

¡Ah! replicó, dulcificando su cara con una sonrisa al tenderme su mano grande y endurecida, he estado cavilando todo este tiempo, señor Greenwood, si me reconocería en este traje. Me alegro mucho, muy mucho, de poder renovar nuestra relación. Y dio mayor énfasis a sus palabras, significativas o fingidas, con un fuerte y estrecho apretón de manos.