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Datum Barchinone sub nostro sigillo secreto decima octava die Augusti anno á Nativitate Domini millesimo quadringentesimo octavo Rex Martinus Dominus Rex mandavit mihi Johanni de Tudela. Nota 14. Archivo general de la Corona de Aragon. Sigilli Secretis, Petri III. Pars 1.ª n. 1112 fol. 26. Petrus etc. Dilecto consiliario nostro Michaëli Palacin merino Cæsaraugustæ Salutem etc.

En cambio, la ciencia y el arte culinarios son evolutivos y perfectibles; en Maxim, de París, no se come como se comía en las cavernas. , amigo mío; el español es asceta a nativitate. Por eso en España hay incontable número de conventos y casas de huéspedes, en los cuales se perpetúan bodrios y condumios cavernarios, cuando no se apenca con el alimento en crudo.

Lo que es amplísimo en la metafísica de Tofail y de Hay es el limbo. La inmensa mayoría de seres humanos jamás eleva a Dios el pensamiento. Son como ciegos a nativitate, y como no han columbrado la luz divina, no se atormentan por verla ni por gozarla y caen en el limbo y quedan sin pena ni gloria.

No andan en sus cuadros Melibeos y Tirsis, sino montañeses ladinos y litigantes a nativitate, entreverados de sencillez y malicia, atentos a su interés y a las contingencias del papel sellado, y juntamente con esto cautelosos y solapados en sus palabras, como suelen ser los rústicos, a lo menos en nuestra tierra, aunque no sean así los que se pintan en las églogas y cuentos de color de rosa.

Ved por qué los extranjeros dicen con tanta razón que estamos atrasados: porque no queremos amoldar nuestros modales y nuestras aficiones a las suyas; porque nos hemos empestillado en comer a las tres y no queremos persuadirnos, que todo lo español es ganso a nativitate. Pero dijo el mayor en mal español , creo que hacen muy bien, indeed, en ser lo que son.

Apolonio por algo es a nativitate autor dramático supone que la dilección o preferencia de los dioses por algunas criaturas mortales se acredita mediante un estigma o tara original, y que los verdaderos héroes en la tragedia de la vida humana sufren y ostentan cuándo una, cuándo otra enfermedad o adolescencia de la carne, como marca sagrada que distingue al protagonista entre la plebeyez del coro.