United States or North Korea ? Vote for the TOP Country of the Week !


Hazte boba, por tu vida. 45 ¿Puede nadie ser discreto Sin que envuelva su conceto En invención tan lucida? DO

No había hasta entonces encontrado un solo viajero viniendo de Chile, y, como estaba completamente separado de la vida activa de los hombres, deseaba saber las cosas que habían ocurrido en el mundo durante mi secuestro voluntario.

Lo mismo había hecho en tiempo de sus padres, de sus abuelos y tatarabuelos, y nunca se llevó la población: algunas casas la vez que más. ¿Y había de sobrevenir ahora la catástrofe?... El río era el amigo de Alcira: se guardaban el afecto de un matrimonio que, entre besos y bofetadas, llevase seis o siete siglos de vida común.

Vicente había pasado algunos años en Inglaterra, estudiando no se sabía qué, probablemente los usos y costumbres de la Gran Bretaña, hacia los cuales se sintió desde un principio tan inclinado, que toda su vida vistió, comió, durmió, y hasta tosió a la inglesa.

Estando una noche en su casa examinando sus pecados y pensando en las miserias de su vida, prorrumpió en esta fervorosísima súplica á Cristo, Señor Nuestro, y á su beatísima Madre.

Vivíamos rodeados de lo que había sido el pasado y de lo que sería el porvenir. Los restos de los que amábamos y los componentes de los que a su vez nos habían de amar, flotaban en torno nuestro, manteniendo nuestra vida.

Ello es que Rosalía, con la agravación del mal de su marido se acercaba moral y mentalmente a él, apretando los lazos matrimoniales. La atracción de la desgracia obraba este prodigio, y el hábito de compartir todo el contingente de la vida, así en lo adverso como en lo venturoso. ¡Y con qué celo le cuidaba! ¡Qué manos las suyas tan sutiles para curar! ¡Con qué gracia y arte derramaba el bálsamo de palabras tiernas sobre el espíritu del enfermo!

Dedúcese sobradamente de lo dicho que una vida más lozana y vigorosa anima hoy á la escena española. ¡Plegue á Dios que este impulso no sea pasajero, sino que ese antiguo teatro, tan lleno de gloria, se regenere con arreglo al espíritu y á las exigencias modernas! AP

El bufón, que está allá en la calle de Don Pedro sin la vida que yo le he sacado por la cabeza del tajo más lleno y más derecho que he dado en toda mi vida, es un testimonio, y doña Clara, que está en una casa de la misma calle, entre la muerte y la vida, que de muerte es el ansia que la aflige, es otro. ¡Cómo! ¡Clara, mi adorada Clara me espera! Y sufre y llora.

Feijoo estuvo cosa de un mes buscándola y al fin pudo encontrarla. Si Fortunata, empezando por conformarse, acabó por sentirse bien, D. Evaristo estuvo desde luego muy a gusto en aquella vida. «Yo no soy celoso le decía , y aunque no pongo mi mano en el fuego por ninguna mujer, creo que no me faltarás, como no se descuelgue otra vez el danzante de marras.