Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 17 de junio de 2025
Piscis comenzó a hacer la guardia desde la esquina, armado de su formidable garrote. ¿Quién era la mujer que en aquel momento obtenía los favores del sultán de Sarrió? La blonda Nieves, responderán a una voz cuantos hayan seguido el curso de esta verídica historia.
Por los tiempos en que esta verídica historia comienza, había en la calle de las Sierpes, no lejos de la tienda del rapista, una casa deshabitada, grande y hermosa, con piedra de armas en el frontispicio, de cuyas armas los entendidos sacaban el apellido Velasco de Llanes, y que hacía luengos años que no se ocupaba, porque se decía de fama pública que tenía duende.
Prodújose la informacion mandada, y por auto definitivo resolvió S. S. ser mi relacion verídica, y no haber embarazo para mi transporte: pero que, atendiendo al piadoso fin que me trajo, y que estos pueblos estaban escasos de operarios apostólicos, por no haber venido los curas doctrineros, me mantuviese en dicho pueblo para dar el pasto espiritual á los indios, y finalizados que fuesen, seguiría mi viage.
Ahora conviene decir que la ausencia de la señá Benina y del ciego Almudena no era casual aquel día, por lo cual allá van las explicaciones de un suceso que merece mención en esta verídica historia.
De esta villa insigne por su maravillosa situación geográfica y por el talento de sus hijos, blanco de la envidia, no sólo de Sarrió, sino también de Santander y Bilbao y todos los demás puertos de la costa cantábrica, que en vano han pretendido humillarla; de este pueblo generoso, patriota, idealista, fue nombrado teniente párroco el joven presbítero protagonista de esta verídica historia.
Había sentido, al verle, la nostalgia del pasado, la melancolía de las antiguas ilusiones. Paladeó Ojeda la amargura de los poderosos en desgracia, que miden con orgullo toda la grandeza de su caída. Días antes podía considerar como suyas tres mujeres en aquel mundo flotante. Se habían sucedido junto a él proporcionándole la dulce ilusión más o menos verídica que acompaña el amor.
El conde, viendo mi estado relativamente satisfactorio, se opuso a que se telegrafiase a mi padre, para no alarmarle. Y, en efecto, a los nueve días pude levantarme, y cuatro después salir a la calle y terminar, como se dirá en el capítulo siguiente, la aventura amorosa que constituye el fondo de esta verídica narración. EN QU
No lo dudo contestaba el santo varón . Pero ¿le dan más importancia?..., ¿es más feliz que aquí? Este es el problema. Para volver a encontrar al protagonista de esta verídica historia, no nos bastaría ya la luz del candil de su taberna.
Palabra del Dia
Otros Mirando