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Actualizado: 2 de noviembre de 2025
Nosotros, empero, queríamos la unidad en la civilización y en la libertad, y se nos ha dado en la barbarie y en la esclavitud. Pero otro tiempo vendrá en que las cosas entren en su cauce ordinario.
Propúsose en un principio conciliar todos los ánimos por medio de la persuasion y la dulzura: manifestó á los valíes la necesidad de restablecer la unidad del Imperio para detener la marcha de los ejércitos cristianos internados ya hasta el corazon de la Península; les puso por delante los intereses del Islam, el bienestar de los pueblos fatigados de tan largas y sangrientas guerras; apeló á los generosos sentimientos que debia abrigar todo buen muzlim, al recuerdo de las antiguas glorias, á lo que exigia por fin el cumplimiento de las leyes del Profeta.
Todo número se resuelve en la unidad; por lo mismo que es número, la contiene de una manera determinada: lo extenso no puede resolverse en lo inextenso, sino procediendo hasta lo infinito, ó haciéndose la descomposicion de alguna manera que nosotros no alcanzamos.
Todos los seres unos en sí, pero distintos entre sí, sean cuales fueren, pueden ser concebidos bajo la idea de número. En el augusto misterio de la Trinidad, entra el número tres; y decimos con mucha verdad, que en Dios hay tres personas. Tomando por unidad el pié, nos servimos de una unidad facticia, pues que el pié consta de partes; y sin embargo el número que resulta es un verdadero número.
Esta es la exposición del estado en que según nuestra apreciación se encuentran hoy las Filipinas, si bien dejando de tratar algunas de las condiciones sociológicas y políticas, de las que hemos creído prudente prescindir por no lanzar censuras en las cuales haríanse resaltar las suspicacias injustificadas, causantes del abandono en que los principios que informan el derecho civil se tienen en aquel país, en el que no existiendo palpitaciones políticas que repercutan unísonas al compás del gran corazón de la patria, mantienen en la más punible orfandad á los que veneran los principios de una unidad imperecedera como origen de próspera fraternidad, dejando el campo libre sin otro atractivo en estos ideales á aquellos que por ambición desmedida é injustificada sustentan las bastardas pasiones de un prematuro separatismo.
No puede haber dos razones humanas, siendo verdadero para uno, lo que sea falso para otro: independientemente de toda comunicacion entre los espíritus humanos, y de toda intuicion, hay verdades necesarias para todos. Si queremos explicar esta unidad, es necesario salir de nosotros, y elevarnos á la grande unidad de donde sale todo, y á donde se dirige todo.
Este es uno, idéntico bajo todas las transformaciones; y esa unidad, esa identidad es para nosotros un hecho indisputable, un hecho atestiguado por la conciencia. ¿Quién seria capaz de hacernos dudar, que el yo que piensa en este momento, es el mismo que pensaba ayer y años atrás?
Para comprender en cierto modo la aprobación, que tuvo esta obra mal perjeñada, hasta entre inteligentes, como Cervantes, y para hacer también justicia al talento de Argensola, debemos añadir que en ambas piezas, á pesar de su falta de unidad artística y de sus lunares, se hallan muchos rasgos de verdadera poesía, y que su lenguaje y versificación se distinguen por su pureza, elevación y elegancia, superiores á la de Virués y á la del mismo Cervantes.
A la verdad, cuando se atiende sólo á la riqueza de la fantasía y á la fecundidad de la invención, nos asaltan algunas dudas de si son ó no superiores á los de esta época los poetas que florecieron en la precedente; y hasta la elegancia de las creaciones, el trazado juicioso del plan y la sobriedad en su desarrollo, no faltan tampoco en las obras de los poetas más antiguos, escritas en los instantes más afortunados de su inspiración; pero puede asegurarse que, comparadas con estos trabajos más perfectos, se observan, por lo menos, otros muchos, en los cuales notamos propiedades contrarias, como la violación grosera y manifiesta de las reglas de la composición dramática, falta de unidad en su conjunto, y del cuidado necesario en su corrección. ¡Y cómo había de ser de otra manera, si tenemos en cuenta la profusión y prodigalidad de Lope de Vega en esta materia, el maestro principal, que arrastró consigo á la mayoría de sus contemporáneos!
Tuvo que hacerse el ensanche solo por la parte de oriente; y esta circunstancia es fácil comprender cuánto no habia de quebrantar la unidad y la armonía.
Palabra del Dia
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