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Actualizado: 25 de mayo de 2025
1.° El objeto que las ha motivado es descubrir si en las alturas que en este reyno se miran, desde los 40 grados hasta el estrecho de Magallanes y cabo de Hornos, hay alguna ó algunas poblaciones de españoles ó colonias de extrangeros, como por tradicion de largos tiempos se nos ha anunciado.
Difícil es hoy al espíritu darse cuenta de la situación intelectual de una sociedad sudamericana hasta principios de nuestro siglo. No teníamos la tradición monárquica, que implica por lo menos un ideal, un respeto, algo arriba de la controversia minadora de la vida real.
Las fábulas de los Gentiles empezaron por algun suceso verdadero, y se propagó por la tradicion; de suerte, que cada dia añadia el Pueblo nuevas circunstancias falsas y caprichosas, que obscurecian el hecho principal, de manera, que al cabo de algun tiempo estaba enteramente desfigurado.
Durante la deshecha borrasca de ideas políticas que se alzó de pronto, observose que el campo y las ciudades situadas tierra adentro se inclinaron a la tradición monárquica, mientras las poblaciones fabriles y comerciales, y los puertos de mar, aclamaron la república.
Si, con relación á sus argumentos, nos hacemos cargo de la multitud innumerable de sus dramas, se nos presenta en primer término una larga serie de cuadros, fundados en la historia ó en la tradición nacional.
Sin duda empezó á tener origen esta tradicion cuando estaba ya formada la falsa creencia de haber tenido la ciudad otro asiento distinto del que hoy tiene, al pié de la Sierra, en el campo vulgarmente llamado de Córdoba la vieja. Estractaremos el relato que de ella hace Al-Makkarí.
He leído en Los trabajadores del mar, que cuando un buque de vapor surcó por primera vez las ondas del Canal de la Mancha, los campesinos de Jérsey lo anatematizaban en nombre de una tradición popular que consideraba elementos irreconciliables y destinados fatídicamente a la discordia, el agua y el fuego. El criterio común abunda en la creencia de enemistades parecidas.
Pensaba y sentía, amaba y odiaba lo mismo que su país; conocía todos los tonos, que habían de conmover más profundamente el corazón de sus conciudadanos, y sabía formar con ellos los más gratos acordes; no le eran extraños ninguno de los medios capaces de granjearse sus simpatías; apoderábase de todos los elementos poéticos, predominantes en la tradición y en la historia, en las creencias y en la vida de su pueblo; llevaba al teatro todas las fuentes de poesía, que manaban del suelo español, poseyendo el arte de comunicar nueva vida á las antiguas y desfiguradas leyendas de épocas anteriores, utilizándolas en infundir ardor y fuerza en el sentimiento nacional.
Su historia es una prueba y no recusable de esta verdad: la de su conquista, y lo que la tradicion ha transmitido hasta nosotros de lo que eran esas Islas, todo justifica de la necesidad de ocuparse de ellas con alguna mas atencion que hasta de presente, para facilitarles las mejoras que demandan, y de que son susceptibles á muy poco ó ningun coste.
Pero en definitiva, la tradicion de la monarquía era para los pueblos un principio histórico íntimamente ligado á la tradicion de las libertades ó fueros municipales que los monarcas habian respetado.
Palabra del Dia
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