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Actualizado: 5 de junio de 2025
Le admiraba y le compadecía, y, sin quererlo, me sorprendí haciendo votos por él y por su amor sin esperanza. Todas las prendas estaban sentenciadas: las señoritas y algunos jóvenes sentáronse alrededor de una gran mesa redonda que había en el centro del salón, y se pusieron a hojear álbums, revistas y grabados.
Vuelto á casa, me sorprendí al vestirme hallando en mi cuello el despedazado pañuelo que había olvidado entregar á la señorita Margarita. Ella ciertamente lo creía perdido, y me decidí á apropiármelo como premio de mi húmedo torneo.
Y entonces me sorprendí al ver que me había erguido, orgullosa y alegre, en mi silla, invadida por un indefinible sentimiento de bienestar que me hacía correr un estremecimiento por todo el cuerpo.
Doña Juana estaba inmóvil: Llorais, padre de mi corazon? le dijo: vuestra hija no puede ya imitaros. Cuando sorprendí á la querida de mi esposo, se me agotaron las lágrimas. ¡Considerad cuál seria mi tristeza!
Delante de la casa se extendía un pequeño prado, alegre y brillante con sus canteras de tulipanes y fragantes narcisos. Una criada de burdo lenguaje me abrió la puerta e hízome pasar a una pieza baja, pequeña y anticuada, donde sorprendí a mi amada sentada en una gran silla de brazos, en actitud triste, leyendo.
No sé cómo fue aquello; pero recuerdo que se agrandaban a mis ojos los inconvenientes y se amenguaban las ventajas mutuas; comprendí que iba a hacer un disparate y a dar un resbalón más grave que el que me ocasionó la rotura de esta endiablada pierna: me sorprendí arrepentido, hija; no sé cómo fue aquello, sí, me sorprendí arrepentido, y sin saber cómo empecé a ver claro, clarísimo, y me dije: «la quiero demasiado para casarla conmigo».
Después, en una temporada de grandes irregularidades en los correos, De-Hinchú me había oído deplorar los retardos en la entrega de mi correspondencia. Un día, al llegar a mi despacho, me sorprendí de encontrar la mesa cubierta de cartas, acabadas de llegar por el correo, pero desgraciadamente ninguna de ellas llevaba mi dirección.
Palabra del Dia
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