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Actualizado: 21 de octubre de 2025


En ninguna de las casas señoriales sevillanas se conservan ni aquéllos ni éstas. Han desaparecido; sin embargo, hace años, vimos en la casa de los señores Condes de la Mejorada, en calle Bustos Tavera, una chimenea, de sencilla traza, adornada con yeserías de estilo renacimiento, y ésta, hay que suponer que no sería la única que hubo en la ciudad.

Preso el matador, fué juzgado inmediatamente, pero tales fueron las circunstancias que en el hecho concurrían, que la justicia, el día 18 de Abril, lo puso en libertad bajo fianza, según consta en las Memorias sevillanas de donde tomo la noticia de este suceso.

Miguel permaneció sentado junto a Maximina. Saque V. la guitarra, doña Rosalía dijo una de las muchachas. ¿Va a cantar Juanito? Juanito era el piloto del vapor donde nuestro joven había llegado. Era andaluz y muy conocido en Pasajes. En cuanto vino la guitarra, comenzó a alegrar la tertulia con playeras, polos y sevillanas.

Pero durante algún tiempo nada pudieron conseguir las sevillanas en favor de su prenda tan estimada, dándose el caso de que no pocas se excusaban de salir con la frecuencia que antes lo hacían, por no hacerlo en cuerpo y con el rostro descubierto, ocurriendo también que á algunos comerciantes les quitasen las prendas que vendían, como ocurrió en 20 de Agosto de 1639, en que, al decir de Góngora, «el teniente mayor Pedro de Soria mandó quemar en una tienda unos guarda-infantes, con gran gusto de los muchachos

Basta, pues, lo dicho para que aproximadamente se pueda formar juicio de la riqueza que atesoraron las casas sevillanas en el siglo XVI, bien distinta, ciertamente, de las contemporáneas.

Dicha construcción, data próximamente, de los primeros años de la segunda mitad del siglo XVI. ¿Qué diremos por último del moblaje? No uno, sino muchos capítulos serían precisos para dar una idea de los tesoros acumulados en las casas sevillanas por sus opulentos dueños, de los cuales nos dan razón muy minuciosa los inventarios de la época.

No posee un laboratorio misterioso con retortas, ni usa túnica ni caperuza, como los nigromantes remotos. La alquimia se ha modernizado. Ya no quiere fabricar el oro; más modesta, se conforma con elaborar pesetas sevillanas, precioso metal en este reino de la calderilla.

Y tras las malagueñas sonaron unas sevillanas, y luego todos los cantos andaluces, melancólicos y de oriental ensueño, que doña Sol había recopilado en su memoria, como entusiasta de las cosas de la tierra. Gallardo interrumpía la música con sus exclamaciones, lo mismo que cuando estaba junto al tablado de un café cantante. ¡Vaya por esas manitas de oro! ¡A ver otra!...

Al fin se la otorgaron, pero fue para despedirle a los pocos días: la música de Juan no agradaba a los parroquianos del Café de la Cebada; no tocaba jotas, ni polos, ni sevillanas, ni cosa ninguna flamenca, ni siquiera polkas; pasaba la noche interpretando sonatas de Beethoven y conciertos de Chopín: los concurrentes se desesperaban al no poder llevar el compás con las cucharillas.

Aplaudieron todos que al fin se hubiera humanado la maestra y aplaudieron más aún que, en virtud de nuevas declaraciones y promesas de Currito, se reconociese y se proclamase allí la autonomía de Rosita y de doña Marcela. Para solemnizarla, ambas niñas bailaron unas sevillanas con notable garbo y maestría.

Palabra del Dia

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