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En esto, se había acomodado o sentádose en el suelo el Piedepalo, Diablo Cojuelo segundo deste nombre, diciendo muchas galanterías a las damas, y entró el Murciélago, llamado así porque pedía de noche a gritos por las calles, con Sopaenvino, que le había encontrado agazapado en una taberna y sacado por el rastro de los mosquitos que salían dél, como de la cuba de Sahagún.

Este fin alcanzaron en 883 en el monasterio de Sahagun todos los religiosos prófugos que allí vivian refugiados bajo el abad Walabonso, de resultas de una entrada á sangre y fuego que hizo Almundhyr en los dominios cristianos . Hasta diez años despues , en que padece martirio Sta. Eugenia , no volvemos á ver sangre de mozárabes derramada en Córdoba.

Tuvieron varios encuentros con los franceses, hasta que Soult, que salió en persecución de Moore, encontró á los guerrilleros y les hizo retroceder hacia Valladolid; de allí siguieron avanzando hacia el Norte y llegaron hasta Astorga. Elías se quedó en Sahagún con unos cuantos hombres, dispuestos á organizar allí una partida considerable que hostilizara á Ney en su salida de Galicia.

Impotentes fueron el Obispo, el Cabildo, las autoridades y el mismo Conde de Benavente, que intervinieron en la contienda, para poner fin á aquella terrible lucha, que fomentaban las discordias civiles. San Juan de Sahagún, más feliz que las autoridades, se interpuso entre los combatientes, y logró atraerlos á una concordia

En Sahagún había un coronel segoviano que, habiéndose casado allí, vivía retirado del servicio militar. Era hombre de elevado carácter, de mucho corazón y de bien cultivada inteligencia; había sido muy rico, pero deparóle el cielo ó el infierno una esposa que ni de encargo hubiera salido tan díscola, intratable y antojadiza.

Los primeros eran franceses, monjes del famoso monasterio de Cluny, enviados por el abad Hugo al convento de Sahagún, y que comenzaban a usar el Don como señal de señorío. A la piadosa tolerancia de los anteriores obispos, acostumbrados al trato con árabes y judíos en la amplia libertad del culto mozárabe, sucedía la feroz intransigencia del cristiano conquistador.