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Actualizado: 12 de mayo de 2025


Con todo, este es el siglo de los Diccionarios, y muchos de los que hoy se llaman sabios no estudian otra cosa que lo que leen en los innumerables Diccionarios, de que estamos inundados. La mejor parte de tales libros, aunque son de la moda, se escriben sin exâctitud, y todos sin los principios fundamentales de lo que tratan.

29 Y todo el pueblo oyéndole, y los publicanos, justificaron a Dios, bautizándose con el bautismo de Juan. 30 Mas los fariseos y los sabios de la ley, desecharon el consejo de Dios contra mismos, no siendo bautizados de él. 31 Y dice el Señor: ¿A quién, pues, compararé los hombres de esta generación, y a qué son semejantes?

Era tal el poder del linaje humano cuando poseía esta lengua, que pretendió escalar el cielo, y lo hubiera indudablemente conseguido, si el cielo no hubiese dispuesto que la lengua primitiva se olvidase. Sólo tres sabios bien intencionados, de los cuales han muerto ya dos, guardaron en la memoria aquel idioma.

Replicó en otra arenga Vidael Benvenista, probando con argumentos sacados del Talmud que el Mesías no era venido. I hase de advertir que una i otra oracion eran proferidas en mui elegante latin: porque uno i otro disputante eran sabios en todo linaje de cosas.

El sabio, que es bastante listo, comprende en seguida que con aquellas palabras se quiere decir que no hay semejante libro. Lo mismo les ha pasado a todos los sabios que en el mundo han sido y han ido a leer a la biblioteca de la nación.

Eligieron para esto los sabios a Abisag de Sunam, de quien, por una maldita coincidencia, Abaris, muy joven entonces, andaba perdidamente enamorado. Abaris hizo esfuerzos inauditos para disuadir a Abisag de sacrificarse a aquel viejo; pero ella, teniéndolo a mucha honra, y creyendo que cumplía con un deber en ser útil al Rey Profeta, desdeñó a Abaris y se unió con el Rey.

Hay dos géneros que, a mi corto entender, nos convienen: la novela histórica, que dejaremos a los escritores sabios, y la novela de costumbres, que es justamente la que nos peta a los medias cucharas como nosotros. Sea, pues; una novela de costumbres repuso la condesa. Es la novela por excelencia continuó Rafael , útil y agradable. Cada nación debería escribirse las suyas.

Era sabio quanto puede serlo el hombre, pues procuraba vivir en compañía de los sabios: habia aprendido las ciencias de los Caldeos, y estaba instruido en quanto acerca de los principios físicos de la naturaleza en su tiempo se conocia; y de metafísica sabia todo quanto en todos tiempos se ha sabido, que es decir muy poca cosa.

Cuando la locura teológica llegó a ser el estado normal de las sociedades europeas, la sabiduría y la sensatez humanas parecían monstruosidades chocantes, y los sabios cuerdos fueron encarcelados, ahorcados o incinerados por los sabios teológicos.

Mientras los sabios antropólogos se solazaban experimentando esa inefable alegría del que se siente en posesión de la verdad entre tantos seres como se hallan sumidos en el error, nuestra antigua conocida D.ª Rafaela saboreaba sola, como siempre, en una mesa su invariable refresco de grosella.

Palabra del Dia

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