United States or Chad ? Vote for the TOP Country of the Week !


Véase también el detenido análisis que hace de este drama L. Viel-Castell en la Revue des deux-mondes, 1841. La escena principal del acto primero es en todo la española. Copiemos los versos siguientes: ROJAS. ¡Cómo, les dixe, mi padre No sacude de los hombros El peso desta corona, Flaco Atlante á tanto Globo! Ya la política he visto; Ya tengo previsto el modo De saber regirse un Rey.

Una vez afianzada la soga en ámbos ribazos, queda bien tirante, y entónces las mugeres y niños agarrándose de los bejucos que cuelgan encima de las ondas, consiguen pasar el rio sin peligro de ser arrebatados por la corriente. Resúmen. Todas la naciones de la provincia de Moxos estaban divididas en pueblos: su manera de regirse era uniforme.

La culpa nuestra bien está probada, Pues de muger sabido ya tenemos, Que no puede regirse por consejo, Pues tiene de razon poco aparejo. Vereis que al parecer muy tiernamente Os aman por extremo sin medida, Y al contrario vereis muy de repente, Que sois la cosa mas aborrecida Que se puede hallar entre la gente. Aquesta usanza bien es conocida.

Supuesta esta verdad, pregunto: ¿qué hazaña será mas dificultosa, la de aprender las reglas y leyes que amaron Plauto y Terencio, y, una vez sabidas, regirse siempre por ellas en sus comedias, ó la de seguir cada quinze dias nuevos terminos y preceptos? Pues es infalible que la naturaleza española pide en las Comedias lo que en los trages, que son nuevos usos cada dia.

Aunque en Madrid había hablado mal de las órdenes religiosas para no desentonar del medio en que vivía, considerándolas como anacronismos, echando pestes contra la Inquisicion y contando tal ó cual cuento verde ó chusco donde bailaban los hábitos ó, mejor, frailes sin hábitos, sin embargo al hablar de Filipinas que deben regirse por leyes especiales, tosía, lanzaba una mirada de inteligencia, volvía á estender la mano á la altura misteriosa,

Además, podría tener todos los defectos que quisieran sus enemigos, pero nadie le conoció jamás sombra de inclinación hacia el sexo débil. Despreciaba a las mujeres positivamente: creía que ninguna era capaz de decir ni hacer cosa con sentido común. En su carácter viril parecía haber encarnado el espíritu romano, que negaba a la mujer facultad para regirse nunca por misma.