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Actualizado: 22 de junio de 2025
Tampoco sin reclamaciones hubiera habido guerra del Pacifico, ni bombardeo de Valparaíso y del Callao. Cuando la nación de quien se reclama es débil, sin duda que no hay guerra, pero suele haber violencia y atropello.
Los primeros meses de escuela mi madre me enviaba a la Iñure, a la salida, y aunque la buena vieja no era muy severa conmigo, tenía que marchar a su lado, mientras mis camaradas campaban solos por donde querían. Después de muchas súplicas y reclamaciones, conseguí libertad para ir y venir a la escuela sin rodrigón vigilante.
Entretanto, ¿cuál es la opinión de Colombia, que al fin y al cabo, teniendo la soberanía territorial y la jurisdicción directa, paréceme que puede reclamar algún derecho a ser oída? Desde luego, es bueno recordar que Colombia ha tenido más de una vez que interponer reclamaciones serias contra los avances de los Estados Unidos en las costas atlánticas del Istmo.
El, periódico lo arreglaría todo. ¡Ay del que se rebelara contra las reclamaciones de la prensa! En el estanquillo de doña Rafaela, de la calle de San Florencio, donde se reunían algunas honradas matronas de la vecindad con las cuales gustaba conversar algún rato, entregado a los palillos, también le hablaron del Faro. Allí se fijaban preferentemente en el folletín.
Otra que se marchaba odiándole, pero sin quejas ni reclamaciones. ¡Adiós para siempre!... ¡Que fuese muy feliz! La voz de Maltrana sonó detrás de él respondiendo a su pensamiento.
Mas de trecientos años han pasado ya desde que el inmortal Legaspi fijó en aquellas apartadas rejiones el estandarte de la cruz, y se conquistaron para España aquellas Islas . Tiempo y sobrado es ya de que se piense en su felicidad, de que se remuevan los obstáculos que á ella se oponen, y con pruebas nada dudosas ni equívocas se patentice y haga ver á aquellos habitantes, nuestros hermanos, que deseamos su prosperidad tanto como la nuestra; ó mejor dicho, que reputamos su bien estar como nuestro, y que á su acrisolada lealtad, no desmentida hasta hoy, corresponde la madre patria ocupándose en mejorar su suerte y condicion; como indefectiblemente sucederá por la ley especial que se les dará, sin perjuicio de que sus justas reclamaciones sean oidas y atendidas, para cerciorarles de que la madre patria anhela y trabaja tanto cuanto puede encarecer, para asegurar la felicidad de sus provincias en Filipinas.
Siguieron posteriormente las reclamaciones del Brasil sobre el territorio del Uruguay, que culminaron en el envío de un gran ejército que tomó posesión del país, habiendo declarado el emperador del Brasil, con fecha de 9 de mayo de 1824, que su territorio quedaba incorporado al del imperio, bajo el nombre de provincia cisplatina, por estar al norte del Plata en el lado más próximo al Brasil; pero, no obstante esto, el 25 de agosto de 1825, la independencia del Uruguay fué proclamada en la ciudad de San Fernando de la Florida, y los patriotas uruguayos, hábilmente ayudados por el gobierno de Buenos Aires, triunfaron de las tropas brasileñas el 12 de octubre de aquel mismo año.
Desde ese día comenzó su vida de miseria, pues desde entonces llevaba un yugo tan pesado, que sus mismos hombros de gigante amenazaban romperse bajo la carga: todo lo que conseguía ganar con sus manos encallecidas, todo lo que ahorraba en sus gastos personales, desaparecía absorbido por las reclamaciones de los suyos.
Palabra del Dia
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