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This work won for him the degree of Doctor of Divinity, conferred with other evidences of favor by Pope Urban VIII. Three years later appeared Lope's Laurel de Apolo, a poem of some seven thousand lines describing an imaginary festival given on Mount Helicon in April, 1628, by Apollo, at which he rewards the poets of merit.

Un soplo nervioso corre por la asamblea. Hear, hear! Gladstone! M. Gladstone, dice a su vez el speaker. El primer ministro toma el primer sombrero que tiene a mano, pues nadie puede hablar descubierto y se pone de pie. ¡Cómo se apiñan los irlandeses en su escaso grupo de la izquierda! La pequeña figura de Biggar, una especie de Pope, se hace notar por su movilidad.

Milton tendría veintiséis años cuando escribió su Comus. Pero Cowley escribía versos mitológicos a los doce años. Pope «empezó a hablar en versos»: su salud era mísera y su cuerpo deforme, pero por más que le doliera la cabeza, los versos le salían muchos y buenos. El que había de idear La Borricada volvió un día a su casa echado de la escuela por una sátira que escribió contra el maestro.

De entre los hogares que se le abrieron a Melisa cuando se supo su conversión, el maestro prefirió el de la señora Morfeo, un ejemplar femenino y bondadoso de la flora del Sudoeste, conocido en su mocedad por el apodo de «Rosa de la Pradera». Era la señora Morfeo uno de aquellos seres que luchan resueltamente contra su propia naturaleza, por medio de una larga serie de actos de lucha y de abnegación, habiendo subyugado, por fin, su disposición, naturalmente descuidada, hasta tener principios de «orden», que, al igual que el señor Pope, consideraba como «la primera ley moral». Pero no podía gobernar del todo las órbitas de sus satélites por regulares que fuesen sus propios movimientos, y hasta su mismo «Jaime», tenía a veces con ella frecuentes choques.

Se siente uno como gigante, o como si estuviera en la cumbre de un monte, con el mar sin fin a los pies, cuando lee aquellos versos de la Ilíada, que parecen de letras de piedra. En inglés hay muy buenas traducciones, y el que sepa inglés debe leer la Ilíada de Chapman, o la de Dodsley, o la de Landor, que tienen más de Homero que la de Pope, que es la más elegante.

Samuel Johnson dice que Pope escribió su oda a La Soledad a los doce años, y sus Pastorales a los dieciséis: de los veinticinco a los treinta, tradujo la Ilíada. El infeliz Chatterton logró engañar con una maravillosa falsificación literaria a los eruditos más famosos de su tiempo: rebosan genio la oda de Chatterton a la Libertad y su Canto del Bardo.

No tenían ganas don Jorge ni sus compañeras de relatar las aventuras personales, y el plan hubiera fracasado también a no ser por Tomás Búfalo. Algunos meses antes había encontrado por casualidad un tomo desparejado de la ingeniosa traducción de la Iliada, por Mr. Pope.