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Actualizado: 20 de julio de 2025
En el fondo de ese semicírculo demora la elegante ciudad de Santander, recostada contra las faldas de las montañas que, descendiendo en ondulantes gradaciones, cubiertas de plantaciones y coronadas de bosques naturales, vienen á bañar en las ondas del mar cantábrico sus estribos ó colinas relucientes de verdura, destacando por la costa sus peñascos gigantescos que producen donde quiera graciosas y pequeñas ensenadas.
La llanura se desarrolla con majestad, pero no sin monotonía, salpicada de numerosas villas y aldeas, rodeadas de vastas plantaciones de cereales, tabaco, legumbres, lúpulo y plantas filamentosas y oleaginosas. Del lado del Rin el horizonte es abierto y muy extenso, aunque la mirada se detiene á veces en hermosos bosques que salpican la llanura.
La concurrencia de los tres valles y sus rios, el juego de las colinas que lo dominan, formando un magnífico marco de rica vegetacion, y las ondulaciones del terreno en el fondo, producen un primoroso conjunto topo-hidrográfico, cuyo encanto se completa con la extensa masa de la ciudad, de formas caprichosas é irregulares, el aspecto de los fuertes que la dominan desde las cimas de dos colinas, y el risueño aspecto de las campiñas circunvecinas, pobladas de plantaciones y verjeles, graciosas casas campestres, fábricas y otros objetos que indican actividad y bienestar.
En las cercanías de Burdeos el paisaje es hermoso y el horizonte vastísimo; el valle del Garona aparece en todo su esplendor de cultivo, mostrando sus plantaciones de tabaco al lado de las de cereales y los inmensos viñedos, que les dan tan universal importancia al departamento de la Gironda y los circonvecinos.
Dividen el nacimiento en una multitud de pequeños regueros, con objeto de esparcir la vida sobre la mayor extensión posible, y trazan á todas estas pequeñas venas de agua el camino más recto hacia las plantaciones y los cultivos.
Encima un cielo purísimo y soberbio de luz y de belleza; y en el fondo del cuadro, hácia todos los lados de Valencia, la llanura mas primorosa del mundo la opulenta y renombrada Huerta de donde se exhalan los ricos perfumes del azahar, el jazmin y la rosa, de entre bosques interminables de naranjos ó limoneros que proyectan su oscuro follaje sobre campos de espigas, de simétricas moreras y viñedos, como sobre entables de caña dulce y plantaciones de algodon.
La campaña nos llamaba la atencion por sus extensas y variadas plantaciones, entre las cuales descollaban con mucha gracia las de lúpulo, «esa viña de los países setentrionales,» como lo llama un escritor frances muy hábil en descripciones.
Por lo tanto conceptuamos importante que por el Ministerio de Ultramar se adoptasen aquellas medidas necesarias para que esta agridófaga avecilla se extendiese por la isla de Mindanao, donde el voraz agridido destruye instantáneamente leguas y leguas de frondosísimas plantaciones.
Entre una y otra poblacion no hay mas que el desierto. Allí no existen la vida campestre, ni el paisaje sencillo y gracioso de la casa rústica, ni el campesino, en la estricta acepcion de la palabra. No hay mas que ciudades, villas y campos abandonados. ¿Quién cultiva, pues? ¿quién cuida de esas interminables plantaciones de cereales y esos olivares y viñedos? La naturaleza.
¿Es el marido de usted? preguntó. Sí. ¿Cree usted que nos ha visto? Lo ignoro. ¡Pero si nos ha visto, es un cobarde! Que les hubiera visto o no, el señor de Maurescamp entró tranquilamente en el castillo por la avenida más larga pero mejor del nuevo parque. Volvió a salir casi inmediatamente y pasó el resto del día inspeccionando sus plantaciones y el corte de sus bosques.
Palabra del Dia
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