Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 1 de julio de 2025


Y DON JUAN DE JAUREGUI, que á tanto El sabio curso de tu pluma aspira, Que sobre las esferas le levanto: Aunque Lucano por tu voz respira, Dexale un rato, y con piadosos ojos A la necesidad de Apolo mira: Que te están esperando mil despojos De otros mil atrevidos, que procuran Fertiles campos ser, siendo rastrojos.

Dice Henri Blaze, «¡cuántas ideas pone la tradición en el aire en estado del germen, a las que el poeta da vida con un soploEsto mismo nos parece aplicable a estas cosas, que nada obliga a creer, pero que nada autoriza tampoco a condenar. Un origen misterioso puso el germen de ellas en el aire, y los corazones creyentes y piadosos le dan vida.

Las luces del altar, al reflejarse en los oropeles de un luengo cortinón rojo que servía de dosel a la Virgen, brillaban estrellas tembladoras de aquella dulce obscuridad, indicando adónde debían dirigirse los piadosos ojos. Al poco rato de estar allí, parecióme aquel interior menos obscuro y comencé a ver distintamente todos los objetos.

Aún más vasto era el ciclo de misterios, que se representó hacia el mismo tiempo en Chester, pues comprendía toda la historia del mundo, desde la creación hasta el juicio final. Acordábase tan poco el clero de sus anteriores anatemas, que se concedió indulgencia de mil años á los espectadores que asistiesen á toda esta serie de piadosos dramas.

Al mismo tiempo que los dramas religiosos, menciona el legislador los juegos de escarnio, sin duda representaciones burlescas de escenas de la vida ordinaria, que deben ser miradas como los orígenes de los posteriores entremeses, de la misma manera que aquellos espectáculos más piadosos lo fueron de los autos.

Todo pasa y todo muda en torno de esos piadosos monumentos; menos ellos, que permanecen sin haber agotado los tesoros de consuelos que a manos llenas prodigan.

Otras veces los libros piadosos la hacían caer en somnolencia melancólica o en una especie de marasmo intelectual que parecía estupidez.

En estas cavilaciones hubiera persistido largo tiempo Rafaela sin atreverse a despedir a Arturito, a no ser porque ella tenía a veces crisis extrañas en el corazón y en la mente. Religioso fervor la dominaba. Iba a confesarse o tenía largos y piadosos coloquios con el Padre García, su director espiritual.

Indudablemente, sin ninguna intención y sin oculto propósito, sin descubrir ni reconocer ella como causa de su cambio la impresión que Juan Maury le había hecho, y creyéndose impulsada por las amonestaciones y piadosos discursos del Padre García, no sólo había despedido a Arturito, sino que también se propuso no volver a recibir al gaucho y romper para siempre con él, aunque bien notaba, con cierto sentimiento entre lisonjero y penoso, que la segunda venida del gaucho a Río había sido por ella.

Dice poder dar testimonio de los sentimientos piadosos, de devoción y de amor á la religión católica en que murió, así como de que le oyó lamentarse muchas veces de no tener salvoconducto del Rey Católico para entrar en España sin peligro y presentarse ante el Santo Oficio, objeto constante de sus votos.

Palabra del Dia

malignas

Otros Mirando