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Actualizado: 10 de julio de 2025
Comió y se fue al mes de María; mas en el momento en que subía al altar, el armonium permaneció mudo. Miss Percival no se hallaba ya allí. La joven organista de la víspera estaba en aquel momento muy perpleja. Sobre los dos divanes de su cuarto de vestir, se ostentaban dos preciosos trajes, uno blanco, y azul el otro. Bettina se preguntaba cuál de los dos se pondría para ir esa noche a la Opera.
Hasta las guardesas, viejas y pobremente vestidas, que, con la bandera recogida, daban paso al tren, ostentaban entre sus cabellos grises algún clavel o alelí. Por fin nos apartamos del Empalme. Debíamos parar en Sevilla.
Maltrana se dejó caer en uno de los varios sillones que ostentaban el rótulo de «Doctor Zurita y familia», y allí quedó en agradable sopor, sin saber ciertamente si estaba dormido o despierto.
Todas ellas ostentaban en sus birretes los varios colores de las catorce Facultades que clasifican la sabiduría entre los pigmeos. El cortejo fué desapareciendo lentamente bajo la mesa. Sintió el gigante una ruidosa agitación junto á sus pies, pero hizo esfuerzos por mantenerlos inmóviles, temiendo provocar una catástrofe.
Ana pedía a la soledad y al silencio perezoso de la iglesia, algo como una inspiración, o como un perfume de piedad que creía ella debía desprenderse de aquellas paredes santas, de los altares, que a la luz blanca del día ostentaban sus santos de yeso y madera barnizada como gastados por el roce de las oraciones y el humo de la cera.
Los papeles estaban ornados de retratos de Hombres-Montañas completamente desconocidos por el profesor Flimnap. Todos ellos ostentaban la palabra «Banco» y una cifra seguida de la palabra dollar.
Raíces consistía en un lugar de veinte a treinta casas, diseminadas en las frondosidades de una península abandonada por el agua, en las marismas; cerca estaban las dunas, cuyos amarillos lomos de arena tenían figura semejante a los vericuetos que rodeaban a Raíces; pero estos, desde siglos y siglos, ostentaban el terciopelo de verde oscuro de sus musgos y su césped, y las flores de los prados, iguales a las que se encontraban tierra adentro, lejos de las brisas del mar.
Palabra del Dia
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