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22 Y también los sacerdotes que se llegan al SE

Cuando el viage es feliz se descargan dos veces las carretas en la provincia de Santiago, una tercera vez en Tucuman, y muy pocas son las tropas que llegan á su destino sin que se le vuelque algun carro, cuyos accidentes, ordinarios ó fortuitos, ocasionan crecidos gastos, trabajos y quebrantos.

Así como hay pescadores de arenques, de ballenas y de focas, hay pescadores de trépang, los cuales todos los años, en la estación propicia, llegan desde los puertos más lejanos hasta las aguas del estrecho de Torres, del mar de Coral o del golfo de Carpentaria.

¿Qué carne humana vendría aquí, hijo, dijo la madre, cuando ni los pájaros llegan a estos lugares? Pero él siguió gritando: ¡Hu-u-u-u! a carne humana huele aquí! Su madre puso la mesa, y después que hubo comido, le dijo: 100 Tengo que pedirte un favor. ¿Quieres concedérmelo? Hable Vd. señora le dijo.

Acercándose a la historia, llegan estos románticos a la vida; pero en su pesquisa de la veracidad y el documento se apartan siempre, con aprensivo ademán, del estercolero de Job en donde Zola prospera y se solaza.

El agudo dolor de una punzada, y otros que se sienten sin causa exterior conocida, no se refieren con tanta claridad á la extension, y parecen tener algo de aquella simplicidad que distingue las impresiones que nos llegan por el conducto de otros sentidos. Como quiera, es cierto que el percibir la extension pertenece de una manera particular á la vista y al tacto.

Dicen todos que los chicos son guapísimos. Y la condesa, ¿cómo está?... Ya no me acuerdo de ella. La señora condesa dicen que está aún más hermosa, pero de peor color. ¡Qué había de suceder! ¡Si todos los que vienen de la corte parece que llegan del otro mundo! La vida debe ser muy agitada en aquel Madrid: ¡tanto baile, tanto teatro, tanto café!

Porque Rubín podía ser un tonto; pero no era un tonto vulgar, era uno de esos tontos que tocan lo sublime con la punta de los dedos. Verdad que no llegan a agarrarlo; pero ello es que lo tocan.

Hay y Asal concuerdan en que los que como ellos llegan a Dios por la inteligencia, logran la bienaventuranza contemplándole y uniéndose a

«No lo sabía a punto fijo, aunque sospechaba que no debía de haber quedado muy floreciente, y así se lo manifesté a mi madre. » Pues no te equivocas añadió , aunque es difícil que adivines hasta qué punto llegan las mermas de lo que habla, y el desbarajuste de lo que nos queda.