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Actualizado: 21 de julio de 2025
No tienen ustedes más que bajar por la primera escalera de caracol y luego dar media vuelta... Bringas, sí, es el sacristán de la Capilla. ¿Qué está usted diciendo, señora? Buscamos al oficial primero de la Intendencia. Entonces será abajo, en la terraza. ¿Saben ustedes ir a la fuente? No. ¿Saben la escalera de Cáceres? Tampoco. ¿Saben el oratorio? No sabemos nada.
Al Rey debió de agradarle mucho la obra y alguna más que pintara por entonces Velázquez; pero como la Tesorería de la Intendencia de Palacio, que se llamaba el Bureo, no era ni mucho menos un modelo de exactitud en los pagos, el artista tuvo que hacer una reclamación, atendida la cual quedó aclarado que aquella famosa ración de doce reales, concedida por todo lo que pintase y que tanto enorgulleció a Pacheco, se refería a los retratos del Rey y no a los demás cuadros; dándose Velázquez por contento.
Usted se irá tras su humanitario objeto, y yo me quedo aquí en cumplimiento de la voluntad de Dios, que de seguro no me destina a soldado de combate, sino a otras funciones modestas, tales como a la intendencia militar, a la sanidad, a cuidar la impedimenta o a cualquier otro empleo modesto.
En la Intendencia me han rebajado el sueldo a la mitad, y como yo no vea pronto... ¡qué porvenir!... Y no lo digo por mí. Poco me importa acabar mis días en un hospital; pero estos pobres niños... estos pedazos de mi corazón...».
A mediados del año de 1781 me encargué del mando de este departamento, que se componía de ocho pueblos, incluso el de Nuestra Señora de Candelaria, que ahora se ha separado por pertenecer al obispado del Paraguay, y por consiguiente a su gobierno e intendencia, quedándome ahora los de San Carlos, San José, Apóstoles, Concepción, Santos Mártires, Santa María la Mayor y San Francisco Xavier.
Los pesados camiones de la Intendencia, llenos de sacos, eran saludados por el entusiasmo general: «¡Viva el ejército!» Los soldados en traje de mecánica que iban tendidos en la cúspide de la pirámide rodante contestaban á la aclamación moviendo los brazos y profiriendo gritos que nadie llegaba á entender. La fraternidad había creado una tolerancia nunca vista.
Palabra del Dia
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