Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !

Actualizado: 6 de septiembre de 2025


Como entonces, el ajuar de su cuarto era modestísimo; como entonces, ella, por su arrogancia y seriedad, tomó aspecto de reina destronada y resuelta a reconquistar el cetro. Lo que fraguaba era misterio impenetrable. Con nadie comunicó su designio, pero su plan debía de estar erizado de obstáculos, porque aquella noche durmió mal.

El monótono crujir que produce toda vieja embarcación; la uniformidad del quejido de la onda al ser cortada por una lenta marcha; el silencio de la noche y lo impenetrable de las sombras, traen al espíritu un sinnúmero de fantasmas que pasan y se desvanecen en la misma forma en que nacen; mas cuando esas fantasmas son vistas por unos ojos que pertenecen á un cuerpo que no encuentra postura buena, que desea reposo y no lo halla, y que tiene sueño y le es imposible conciliarlo, entonces entra un grandísimo malestar y las horas se hacen interminables.

Por el espacio de dos dias continué, pero en descenso, por la cresta de las mismas montañas, bajo una bóveda perpetua de ramas entrelazadas que forman una masa de veredura impenetrable al sol, y llegué á la poblacion de los salvages Yuracarees, quienes me acogieron perfectamente en sus cabañas, manifestándose decididos á cooperar á mis proyectos.

A pesar de la densa y casi impenetrable obscuridad, sintieron que se hallaban en una grande altura; que los cerros, por medio de los cuales habían caminado, quedaban atrás; que a un lado y a otro se les abría despejado, extenso horizonte; y que, delante de ellos, o descendía la senda, con inclinación que la hacía intransitable para hombres y para bestias de carga, o se convertía en despeñadero o abismo.

La mía ha sido siempre impenetrable dijo con exaltación la generala, clavando en él sus ojos húmedos y brillantes.

Su pensamiento estaba fijo en el bufón del rey, que según él, debía llegar de un momento á otro. Montiño había llegado á ponerse en la situación de uno de esos grandes estorbos que contrarían al más paciente. Sin embargo, el impenetrable semblante del padre Aliaga no se alteró. Montiño se le había venido encima con una petición á que no podía negarse como sacerdote.

A la izquierda, el abismo, adivinado por la razón, más que visto por los ojos. Los árboles, que arraigaban sus troncos allá en el perdido fondo, levantaban sus copas hasta nosotros, las confundían y formaban un amplio toldo unido e impenetrable. De pronto, una cascada juguetona bajaba de la montaña e iba a alimentar el hilo de agua imperceptible que serpeaba en el valle.

Palabra del Dia

acatasen

Otros Mirando