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Actualizado: 12 de junio de 2025


La familia de los Pinedo fué fecunda en actores sobresalientes, y la predilección del público por ellos era tan grande á fines del reinado de Felipe IV, que bastaba el anuncio de que cualquiera de su nombre había de representar en una comedia, para asegurar su buen éxito.

Que sus pasados lares do tenía sus amoríos sean sagrados. Esto ayudará no poco á hacerla nuevamente fecunda. En otros tiempos placíase en las bahías de California. ¿Por qué no dejarla en ellas? Así no se encaminaría en busca de los atroces hielos polares, de las míseras guaridas donde locamente se la persigue, impidiéndola juntarse y procrear.

«Inagotable manantial de vida «Que fecunda la savia bendecida «Del árbol de la sacra libertad; «Árbol que ostenta flores inmortales «Teñidas de colores celestiales, «Con que perfuma Dios la humanidad.

Los teatros español é inglés. Si lo expuesto hasta aquí prueba el universal interés, que inspiraba la poesía, el examen atento de la literatura española manifiesta á las claras que el reinado de los tres Felipes, y los primeros años del monarca que les sucedió, forman la época en que aparece más fecunda la actividad poética.

Lee los libros que te en las manos sin cuidarte de profundizar en sus páginas más de lo que ellas te descubran; que el libro, como el vino, fortalece si no se abusa de él, embriaga si se prodiga. La ciencia es a la paz del alma lo que el agua a la semilla; con poca se fecunda y con sobrada se anega.

Así que, sin el concurso de Llera, sin su carácter osado y su imaginación fecunda en invenciones, el duque de Requena haría ya tiempo que no se aventuraría en un negocio de mediana importancia.

Tan fecunda en resultados es la obra de Paz en Córdoba; tan alto levanta en dos años la influencia de las ciudades, que Facundo siente imposible rehabilitar su poder de caudillo, no obstante que ya lo ha extendido por todo el litoral de los Andes, y sólo la culta, la europea Buenos Aires, puede servir de asilo a su barbarie.

Siendo el crisol fecundo donde empieza y continúa la Creación en todo su auge, posee la viva elocuencia de ésta: es la vida hablando á la vida. Los seres que por miles de millones nacen en su seno, son sus palabras: el mar de leche que los produce, la fecunda gelatina marina, aun, antes de organizarse, blanca, espumosa como es, habla también. Y todo junto es lo que llamamos la gran voz del Océano.

Su actividad, cuando es fecunda, puede condensar en un minuto más hechos, más ideas, más creaciones, más gloria y más infierno, que otra inteligencia reacia, perezosa y torpe, durante siglos de siglos. Última moralidad. Todo es relativo, como decía D. Hermógenes. No hay menos ni más.

Y otra vez fija su mirada en aquel delicioso océano en miniatura, y entonces penetra mejor la Naturaleza, madre fecunda, pero tan severa, que parece encontrar un áspero gozo en devorarse á misma. Nuestra heroína permaneció sumida en éxtasis, oprimido el corazón por aquella idea.

Palabra del Dia

vorsado

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