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Actualizado: 2 de septiembre de 2025
En esotra celda, sobre un cofre lleno de doblones, cerrado con tres llaves, está sentado un rico avariento, que sin tener hijo ni pariente que le herede, se da muy mala vida, siendo esclavos de su dinero y no comiendo más que un pastel de a cuatro, ni cenando más que una ensalada de pepinos, y le sirve de cepo su misma riqueza.
Esotra le dijo que no sabría mirar lo que ella con su zapato representaba , respondiéndole esotra que de cuándo acá tenía tanta soberbia, sabiendo que en Sevilla le prestó hasta las enaguas para hacer el papel de Dido en la gran comedia de don Guillén de Castro, echando a perder la comedia y haciendo que silbasen la compañía. Tú eres la silbada dijo esotra , y tu ánima .
En este tiempo, sobre la paga de lo que habían almorzado habían tenido una pesadumbre el revoltoso Diablillo y don Cleofás con el Figón , en que intervinieron asadores y torteras, porque lo que es del diablo, el diablo se lo ha de llevar, y acudiendo la justicia al alboroto, se salieron por una ventana, y cuando el alguacil de Corte con la gente que llevaba pensaba cogellos, estaban ya de esotra parte de Getafe, en demanda de Toledo, y dentro de un minuto, en las ventillas de Torrejón, y en un cerrar de ojos, a vista de la puerta de Visagra, dejando la real fábrica del hospital de afuera a la derecha mano; y volviéndose el Estudiante al camarada, le dijo: Lindos atajos sabes: malhaya quien no caminara contigo todo el mundo, mejor que con el Infante don Pedro de Portugal, el que anduvo las siete partidas dél.
De esotra parte cae el Castellar, de los Ramírez y Saavedras, y a la vuelta, Villamanrique, de las Zúñigas , de la gran casa de Béjar, cuyo último malogrado marqués fué Guzmán dos veces Bueno, sobrino del gran Patriarca de las Indias, capellán y limosnero mayor del Rey, cuya generosa piedad se taracea con su oficio y con su sangre, y hermano del gran Duque de Sidonia , cuyo solio es Sanlúcar de Barrameda, corte suya, que está ese río abajo, siendo Narciso del Océano y Generalísimo del Andalucía y de las costas del mar de España, a cuyo bastón y siempre planta vencedora obedece el agua y la tierra, asegurando a su Rey toda su monarquía en aquel promontorio donde asiste , para blasón del mundo.
No seré yo, que me he rescatado dijo el Cojuelo , si no es que me llaman a pregones del infierno por el quebrantamiento de la redoma; pero aquél es un garitero que ha dado esta noche ciento y cincuenta barajas, y se ha endiablado de cólera porque no le han pagado ninguna y se van los actores y los reos con las costas en el cuerpo, tras una pendencia de barato sobre uno que juzgó mal una suerte, y los mete en paz aquella música que dan a cuatro voces en esotra calle unos criados de un señor a una mujer de un sastre que ha jurado que los ha de coser a puñaladas .
Ahora vienen siguiéndola sus damas en elefantes, con sillones de oro sembrados de balajes, rubíes y crisólitos. La primera es la Necedad, camarera mayor suya, y aunque fea, muy favorecida. La Mudanza es esotra, que va dando cédulas de casamiento, y no cumpliendo ninguna.
En esotra casa más arriba está durmiendo un mentiroso con una notable pesadilla, porque sueña que dice verdad. Allí un vizconde, entre sueños, está muy vano porque ha regateado la excelencia a un grande.
Palabra del Dia
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