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Actualizado: 29 de junio de 2025
San Vicente, notable para mí, por ser el primer sitio del mundo donde ví lo que llaman esclavos, seres desgraciados tan dignos como el primer hombre libre, es un miserable lugar que cuenta solo una docena de casas: allí tiene la Empresa de los vapores depósito de carbon de piedra: esta es la causa de detenerse en semejante sitio, de otro modo nadie se pararia.
Pero como la naturaleza sensible de este joven necesitaba algún tierno desahogo, sustituyó a los esclavos por los niños, dedicando toda su actividad a la protección de estos seres inocentes; fundó una sociedad para el efecto, e inauguró una serie de banquetes que dieron mucho que decir a los periódicos; también escribió algunos folletos acerca de «la educación física intelectual y sentimental de los niños,» «los juegos de la infancia,» «el trabajo de los párvulos,» etc., etc.
El venía a pie, con su bastón, y con dos españoles buenos, y un negro que lo quería como a padre suyo: porque es verdad que las Casas por el amor de los indios, aconsejó al principio de la conquista que se siguiese trayendo esclavos negros, que resistían mejor el calor; pero luego que los vio padecer, se golpeaba el pecho, y decía: «¡con mi sangre quisiera pagar el pecado de aquel consejo que di por mi amor a los indios!» Con su negro cariñoso venía, y los dos españoles buenos.
El año 1564 andaba en Constantinopla una galera llevando materiales para la fábrica del palacio del harem: movían los remos 200 esclavos cristianos, entre ellos 16 Capitanes del Rey Católico, prisioneros de los Gelves, á saber: ocho españoles, cinco italianos y tres alemanes; y buscando oportunidad, armados de piedras, mataron á los turcos de guardia y se alzaron con el bajel, llegando con felicidad á Sicilia.
Bien es verdad que los coptos se rebelaron en varias ocasiones, y ya la rebelión sofocada, fueron reducidos muchos á la condición de esclavos, pudiendo acaso decirse en defensa de los muslimes que en los pueblos de la Cristiandad hubo hasta muy tarde la cruel costumbre de sellar á los esclavos de la misma suerte, no en la mano, sino en la cara.
Próximos á los eunucos esclavones estan los esclavos negros, lujosamente uniformados y cubiertos de armas resplandecientes: llevan túnicas blancas, yelmos sicilianos, y al brazo escudos de varios colores, y armas cuajadas de oro.
Y, sin embargo, la civilización ha dejado muy atrás el país de la Utopia: la voluntad y la conciencia humana han realizado más milagros, han suprimido los esclavos, y la pena de muerte para el adulterio ¡cosas imposibles aun para la misma Utopia!
Mientras los esclavos hizieron aguada, entretuvo S. M. el tiempo, oyendo una Comedia que Roque de Figueroa Autor dellas representó en la Antepopa de la Real con su compañía; que entonces acaso se hallava en Tarragona.»
Quando calmó un poco la desolacion de esta espantosa peste, vendiéron á los esclavos del Dey.
Qué pensais, varones claros? Revolveis aun todavia En la triste fantasia De dexarnos y ausentaros? Quereis dexar por ventura A la Romana arrogancia Las virgines de Numancia Para mayor desventura? Y á los libres hijos nuestros Quereis esclavos dexallos? No será mejor ahogallos Con los propios brazos vuestros?
Palabra del Dia
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