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Actualizado: 12 de octubre de 2025
Cambiaban unos con otros, por encima de las butacas, bromas y frases, más que obscenas, asquerosas. Gracias a que no había señoras. Al fin aparecieron en el escenario cuatro señores, don Rosendo Belinchón, Alvaro Peña, don Feliciano Gómez y don Rudesindo Cepeda, propietario y fabricante de sidra espumosa. Los cuatro se despojaron de los sombreros al pisar el palco escénico.
La mentira y el escondite escénico de su amiga pusiéronla en la situación más crítica del mundo, porque se había hecho a la verdad, y vivía en ella como los peces en el agua. Estaba la pobre señora, con aquellos escrúpulos, como pez a quien sacan de su elemento, y aún le pasó por el magín la pavorosa idea: ¡pecado mortal! En fin que aquello se tenía que concluir.
El mercader amante, La fuerza del interés, La muerte sin esperanza, El gran patriarca D. Juan de Ribera, por Gaspar Aguilar. Según dice el Teatro de Valencia, de Luis Lamarca, en el año de 1590 se fundó en Valencia una Academia, que, entre otros objetos, se proponía el fomento de la música, del baile y del arte escénico.
Aunque á consecuencia de la falta de datos detallados del antiguo arte escénico en España, estamos imposibilitados de dar aquí noticias auténticas acerca de este particular, parécenos, sin embargo, que sobre la mímica y recitación de los actores de esta época y de este pueblo, podemos hacer algunas indicaciones importantes, que no son ya simples hipótesis.
Nueva época de la poesía dramática. Nuevas especies de piezas dramáticas. Aparato escénico de esta época. Principios de la decadencia del teatro español en el reinado de Carlos II. Afortunadamente esos espectáculos teatrales de corte no constituyen el único lazo que une el nombre de Felipe IV con la historia del drama español.
Su Teatro escénico á todos los hombres es una apología del teatro en general .
Cuando se examinan las verdaderas fuentes, que pueden dar luz para resolver este problema, se averigua que eran títulos populares, y en su consecuencia vagos é indeterminados, alusivos en parte al aparato escénico, con que se representaban estas obras, y en parte para indicar confusamente los asuntos de que trataban.
Añado aquí también algunos datos acerca del teatro, y especialmente de las representaciones de corte del tiempo de Felipe IV y de Carlos II, las cuales, sacadas de manuscritos y hojas volantes del siglo XVII, son útiles para conocer la historia de la literatura dramática y del arte escénico de esta época.
¡Oh, no, general!... Permítame usted.... Y se empeñó una discusión sobre si el famoso tenor poseía o no poseía el arte escénico, si era o no elegante en su vestir. Las señoras se pusieron de su parte. Los caballeros le fueron adversos. Del tenor pasaron a la tiple. Es toda una hermosa mujer dijo el general con la seguridad y el acento convencido de un inteligente. ¡Oh! exclamó Calderón.
La verdad es, sin embargo, que tales comedias no eran las de su predilección. Comprendió perfectamente que el lujo escénico daña más que favorece á la esencia del arte dramático.
Palabra del Dia
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