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Actualizado: 13 de junio de 2025
Nosotros, por cierto, no le dijimos nada a Walker sobre nuestra curiosa investigación, porque considerábamos en ese momento que el asunto era estrictamente confidencial. El hablaba de mi herida de un modo jocoso, declarando que muy pronto recuperaría mi salud, si es que tenía un poco de paciencia.
Y ¡cosa extraña! los severos críticos, que censuran tan agriamente en Shakespeare las faltas más insignificantes, contrarias á la verdad local ó de tiempo, guardan completo silencio sobre ésta. Ya dijimos antes que, por lo que hace á la exposición y al lenguaje dramático, toda la obra del poeta francés carece de animación y de vida, y de elevación poética.
Salazar como viese que tardaba, Bajóse al Paraguay dó ya dijimos, El gran Yanduazubi-Rubicha estaba Con el gran Lambaré; y entrambos primos Le dicen, de lo cual mucho gustaba, "En tanto que nosotros dos vivimos, Ayuda te daremos como
En La ocasión hace al ladrón ha conservado Moreto, como dijimos ya, y literalmente, una gran parte de La villana de Vallecas, de Tirso, procurando mejorar la obra de su predecesor, descartando de ella muchas inverosimilitudes, y abreviando algunas escenas; pero cometió una gran falta, en lo esencial, suprimiendo el personaje de la aldeana.
De las anteriores islas, solamente están habitadas, según ya dijimos, Guajan, Rota y Saipan, siendo estas dos últimas, miserables asilos en que difícilmente se refleja la escasa vida que disfruta la primera. La isla de Guajan la encuentra el navegante á los 13° 26' lat. N. y 150° 52' long.
Es la primera que, en el estado actual de la civilización, y aun estoy por afirmar que siempre, no acontece con las naciones lo que con los individuos, los cuales, como ya dijimos, pueden ser sabios, santos o poetas y ser pobres. Una nación, si es inteligente y activa, por santa, por sabia y por heroica y poética que sea, tiene que hacerse rica también.
Las casas antiguas, dijimos, que van desapareciendo de Madrid rapidísimamente, están reducidas a una o dos enormes piezas y muchos callejones interminables; son demasiado grandes; son obscuras por lo general a causa de su mala repartición y combinación de entradas, salidas, puertas y ventanas.
De aqui las diferencias de opiniones: y estas suposiciones, las fundaban en semejanzas ilusorias que encontraban en la forma de los caracteres Filipinos con otros del Asia como ya dijimos. El que supuso semejanza con el Arabe, los hizo marchar de derecha á izquierda: el que recordó al verlos los caracteres chinos, aseguró que, primitivamente, se escribieron de arriba abajo, y asi de los demás.
Muy acertado estuvo Bouterwek al calificar la comedia Rubena de novela dramática, atendiendo al somero enlace de sus escenas: en la parte primera de esta pieza, como ya dijimos, se describe la apurada situación de Rubena, hija de un prior, seducida por un joven clérigo, y que, por evitar la cólera de su padre, se decide á parir al aire libre.
Á sangre fría ha violado la santidad de un corazón humano. Ni tú ni yo, Ester, jamás lo hicimos. No: nunca, jamás, respondió ella en voz baja. Lo que hicimos tenía en sí mismo su consagración, y así lo comprendimos. Nos lo dijimos mutuamente. ¿Lo has olvidado? Silencio, Ester, silencio, dijo Arturo Dimmesdale alzándose del suelo; no: no lo he olvidado.
Palabra del Dia
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