United States or Myanmar ? Vote for the TOP Country of the Week !


Todo hombre es libre, y os podeis ir quando quisiéreis; pero es muy ardua empresa el salir de este pais: no es posible subir el raudo río por el qual habeis venido por milagro, y que corre baxo bóvedas de peñascos; las montañas que cercan mis dominios tienen quatro mil varas de elevacion, y son derechas como torres; su anchura coge un espacio de diez leguas, y no es posible baxarlas como no sea despeñándose.

Mas, ¿de qué me quejo?, ¡desventurado de !, pues es cosa cierta que cuando traen las desgracias la corriente de las estrellas, como vienen de alto a bajo, despeñándose con furor y con violencia, no hay fuerza en la tierra que las detenga, ni industria humana que prevenirlas pueda. ¿Quién pudiera imaginar que don Fernando, caballero ilustre, discreto, obligado de mis servicios, poderoso para alcanzar lo que el deseo amoroso le pidiese dondequiera que le ocupase, se había de enconar, como suele decirse, en tomarme a una sola oveja, que aún no poseía?

Entre los ríos que bañan la jurisdicción de Libog, son de citar el Cagbahay que nace en el mismo cráter del volcán, despeñándose por la parte E. del mismo, cortando la carretera de Legaspi entre los km. 10 y 11, yendo á desaguar á la bahía á 1,50 km. de la población y hacia el SSO. de la misma.

En cambio, los rumores que desde adentro se percibían lejanos y con intermitencias, desde allí resultaban continuos, más acentuados y más próximos. Debía producirlos el río despeñándose a corta distancia de la casona. A este murmurio incesante que casi era bramido ya, servía de fastidioso acompañamiento el golpeteo de la lluvia, vertida en el suelo por las canales del tejado.

Aquello parecía el fin del mundo: legiones enteras de romanos despeñándose por las laderas de los montes; masas de huestes africanas hinchiendo los desfiladeros de Covadonga y ahogándose en la propia sangre que corría por el fondo tenebroso de todas las barrancas; después, huyendo despavorida de la persecución de los fieros montañeses, otra masa, la de los sobrevivientes mahometanos, trepando Picos arriba entre los aullidos de la tempestad, para ir a despeñarse a la vertiente opuesta y bajar convertida en rimeros de cadáveres con las enrojecidas aguas del Deva, hasta desaparecer entre el fiero oleaje del embravecido mar Cantábrico, que también ayudaba a los cristianos contra los moros.