Vietnam or Thailand ? Vote for the TOP Country of the Week !
Actualizado: 9 de junio de 2025
¿Ónde está la carne? pregunta al cabo, con voz ronca, el pescador. La carne ... tartamudea su mujer, como ya estaba cerrada la tabla cuando fuí á buscarla, no la traje. ¡Mentira!... Yo te di ayer al mediodía dos reales y medio para comprarla, y la tabla no se cierra hasta las cuatro. ¿Ónde tienes el dinero?... ¿El dinero?...; el dinero ... en la faltriquera.
Se han tomado 123 prisioneros entre mugeres, niñas y niños de 10 á 11 años para abajo; y de las primeras una nieta del cacique Guentenau, que ya era reconocida entre ellos por cacica, aunque soltera, por no haber en su nacion quien pudiese comprarla en 100 pagas, en que segun su rito estaba avaluada su mano.
Era de madera primorosamente tallada y pintada y con cierta expresión triste y apacible en el rostro que había sido la que moviera la joven a comprarla. Al tropezar con la mirada dulce pero glacial de la imagen, se apagó la sonrisa feliz que aun vagaba por sus labios, quedando inmóvil y hondamente pensativa.
En el estanco no se comía más que sopa, cocido, ensalada, y de postre fruta, cuando por barata hasta los soldados podían comprarla. La tacañería de Quintín suprimió los buñuelos de Todos los Santos, el besugo de Nochebuena y los panecillos de San Antón; en cambio para su daifa, pavo y perniles se le antojaban poco.
Teresina, a quien esperaba para muy pronto una colocación de señorona allá en cierta administración de bienes del amo, casada con un buen mozo, Teresina la había enterado de lo que ella no había podido observar y adivinar, le había abierto los ojos y llenado la boca de agua; Petra comprendía que la casa del Magistral era el camino más seguro para llegar a casarse y ser señora o poco menos.... La ocasión había llegado; después de la romería de San Pedro creía ella que todo era cuestión de semanas, de esperar una oportunidad; Teresina saldría pronto bien colocada y entraría ella en su puesto.... Pero no fue así; el Magistral no volvió a solicitar a Petra; cuando tuvo que hablarla, no fue para asuntos que a ella directamente le importasen, fue... ¡qué vergüenza! para comprarla como espía.
Una hora antes había estado en casa de su querida. Con sarcasmo mefistofélico pasó largo rato hablándole de planes para lo porvenir, prometiendo llevarla pronto a vivir consigo y viajar con ella algunos meses y comprarla una magnífica cama que juntos habían visto en un escaparate de la calle de Alcalá. Estuvo jocoso y seductor como nunca.
Palabra del Dia
Otros Mirando