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Actualizado: 4 de julio de 2025


La eternidad de los castigos infernales fue muy pronto una idea vertiginosa, que anonadaba su mente. Entretanto, Jesús y la Virgen ya no eran las claras figuras desprendidas de los cuadros de Italia, sino luengos y pálidos espectros, bañados en un sudor de purgatorio, y cuyas pupilas parecían contemplar continuamente el dolor de las ánimas condenadas.

Don Fadrique, con grande horror y disgusto, fué testigo ocular de los tremendos castigos que hizo nuestro Gobierno en los rebeldes. Pensaba él que las crueldades é infamias cometidas por los indios no justificaban las de un Gobierno culto y europeo. Era bajar al nivel de aquella gente semisalvaje.

Se nos acusa de haber procedido con crueldad y codicia y de haber sometido á duros trabajos y atormentado con atroces castigos á la población india, hasta el extremo de mermarla y aun de hacerla desaparecer en algunas regiones.

Pero es justo decir que el programa cristiano de conformidad con los males de la tierra, considerados como castigos del cielo por los pecados de los hombres, sólo atenuables por la oración, la penitencia y las peregrinaciones, ha sido superado en su acción enervante de la energía humana, por otra religión igualmente fatalista salida en el siglo VII de la misma cepa judía: "el islamismo, de la palabra islam, que significa resignación a la voluntad de Dios".

Su tío le decía que el proceso seguido contra él no tendría consecuencias; que Tomás había hecho cuanto pudo por enredarle y comprometerle, pero no lo había logrado, porque Rosa declaró repetidas veces que se había huido de casa por miedo de sus castigos, no por instigación de Andrés. Estas declaraciones encendieron de tal modo la ira del molinero, que un día faltó poco para matarla a golpes.

Eso de gobernar es oficio de las mujeres. ¿Adonde iríamos á parar si nosotros, con nuestra inexperiencia, nos metiésemos á dirigir las cosas públicas?... Y los que pedían más crueles castigos para la revolución de los hombres eran los hombres. En cambio, había mujeres que permanecían en silencio, como si temiesen hacer pública su opinión sobre este suceso.

Caso milagroso ocurrido en las Misiones de los Penoquís I 176 Castigos que imponían los corregidores á los indios recién convertidos á la fe católica I 132 Celo apostólico del P. Arce; molestias, persecuciones y peligros por que pasó en las provincias de Chiriguanás, Chiquitos y Guaranís II 125

Palabra del Dia

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