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Actualizado: 23 de julio de 2025
Para que en él halle resonancia y acogida una idea es necesario que sea perfectamente absurda. Señora Cadahalso manifestó con bondad el jesuita , usted es de las que ponen en duda que vuelan los pájaros, y creerá que los bueyes se pasean por los aires. Muy bien, con su pan se lo coma.
Luego avanzaron grandes manadas de bueyes, que se arremolinaban en las angosturas del camino, siguiendo adelante bajo el palo y los gritos de los pastores con kepis. Pasó la noche desvelado por sus pensamientos.
Gran desconsuelo mostró Celinina al ver que no venían á completar su tesoro las dos únicas joyas que en él faltaban. El padre quiso al punto remediar su falta; mas la nena se había agravado considerablemente durante el día: vino el médico, y como sus palabras no eran tranquilizadoras, nadie pensó en bueyes, mas tampoco en mulas. El 24 resolvió el pobre señor no moverse de la casa.
En lo que conocerá usted que, a excepción de los lienzos, en que el hilado es obra de las indias, todo lo demás podría verificarse con 25 o 50 peones bien distribuidos, mayormente en estos pueblos cuyos terrenos son muy fértiles, y que abundan de bueyes y todas las providencias para hacer ventajosas las faenas; pero sólo se tira a pasar el tiempo, como manifestaré a usted.
Detrás de todo esto iban el cura y el barbero sobre sus poderosas mulas, cubiertos los rostros, como se ha dicho, con grave y reposado continente, no caminando más de lo que permitía el paso tardo de los bueyes.
9 Y cuando llegaron a la era de Quidón, Uza extendió su mano al arca para tenerla, porque los bueyes se apartaban. 10 Y el furor del SE
Gran desconsuelo mostró Celinina al ver que no venían á completar su tesoro las dos únicas joyas que en él faltaban. El padre quiso al punto remediar su falta; mas la nena se había agravado considerablemente durante el día; vino el médico, y como sus palabras no eran tranquilizadoras, nadie pensó en bueyes, mas tampoco en mulas. El 24 resolvió el pobre señor no moverse de la casa.
Para ello necesitan bueyes, y la carne fresca les sería muy provechosa y barata.
4 Y llegando los mensajeros a Gabaa de Saúl, dijeron estas palabras en oídos del pueblo; y todo el pueblo lloró a alta voz. 5 Y he aquí Saúl que venía del campo, tras los bueyes; y dijo Saúl: ¿Qué tiene el pueblo, que llora? Y le contaron las palabras de los varones de Jabes. 6 Y el Espíritu de Dios arrebató a Saúl en oyendo estas palabras, y se encendió en ira en gran manera.
Mientras iba pensando en estas cosas, Materne se encontraba de vez en cuando numerosos rebaños de bueyes, carneros y cabras que se encaminaban a la sierra. Había algunos que venían de Wisch, de Urmatt y hasta de Mutzig; los pobres animales no podían más.
Palabra del Dia
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