United States or Rwanda ? Vote for the TOP Country of the Week !


Una línea prolongada hasta lo infinito en una sola direccion, parece infinita, porque es mayor que todas las finitas; y no es infinita porque tiene límite, en el punto de donde parte. Una cosa semejante se verifica en las superficies y en los volúmenes. Para explicar estas anomalías debemos atenernos á lo siguiente.

¿Nada más?... Nada más. Y decidme: ¿quién os dijo que don Rodrigo Calderón tenía ciertas cartas? ¿Qué cartas?... Cartas que comprometían... No os entiendo, señora. ¡Montiño, estáis comiendo el pan de su majestad!... Eso es muy cierto, señora... pero... suceden tales cosas, que no qué hacer... no qué decir... Pues es necesario que sepamos á qué atenernos...

Esto basta para que sepamos en cierto modo a qué atenernos respecto a sus propiedades morales y físicas. Manuel Antonio no era joven. Frisaría en los cincuenta años, disimulados con esfuerzo heroico por toda la batería de afeites conocidos entonces en Lancia, que no eran muchos ni muy refinados. Una peluca bastante rudimentaria, algunos dientes postizos mal montados, un poco de negro en las cejas y de carmín en los labios, mucho patchoulí y un traje de fantasía apropiado para realzar los residuos de su belleza.

Nosotras debemos atenernos al lado práctico y no procurar jugar a los médicos, como lo hacen las bachilleras que rodean a la señora marquesa de la Escalinata del Patio de Guardias. SITA. ¿Quién es esa dama?

Si antes ha tenido cuartos, ¿cómo no se le ha ocurrido nunca enviar un céntimo ni venir a vernos? y si los tiene ahora, de repente, ¿cómo se los ha procurado? Lo mismo he pensado yo; pero no te devanes los sesos, que mañana sabremos a qué atenernos. Lo principal es que viene y que estás contento. Yo también me alegro más de lo que parece, y eso que la situación es rara ¿verdad?