United States or Micronesia ? Vote for the TOP Country of the Week !


Sería injusto comunicarle una impresión poco favorable, cuando a misma me ha parecido bastante precipitada y superficial para no querer atenerme a ella. Insistí yo, secretamente picado y deseoso de saber qué podía reprochar a mi amada Luciana, pero se negó obstinadamente a responder. No, no; estaría muy mal. No insista usted, porque perderá el tiempo.

Ya llegará la hora en que usted se arrepienta. No. Quizá cuando me haga vieja o cuando me vaya a morir; pero no se trata de eso. No puede tomarse en serio semejante arrepentimiento: peca una toda su vida, años y años, y luego, cuando es ya demasiado tarde, comienza a arrepentirse... No; en cuanto a eso, a qué atenerme.

Ya ve usted que esto no vale la pena ni de decirlo; pero no encontrará usted menos justo que yo la arroje de mi casa, mientras espero que sus elocuentes declamaciones me hayan desengañado del todo de ciertos miserables prejuicios a los que tengo la debilidad de atenerme aún un poco.» «Ese sarcasmo es injusto le he contestado en un asunto como éste, en que se trata nada menos que de perder para siempre a una joven irreprochable; pero no es a a quien toca justificarla, y no dudo que la señora priora hará el sacrificio de su modestia a un interés tan precioso; ella conoce el motivo que conduce todos los días a Adela a la aldea, y la ironía ha encontrado, sin saberlo, la expresión justa cuando ha calificado de inocentes visitas el viaje oficioso de la caridad

Concedido que no me engañas en eso que dices... ni en nada, porque la condición de veraz tampoco quiso negártela Dios; pero no basta para remate de este condenado pleito. Por lo mismo que careces de experiencia para discernir ciertos achaques del alma, es de necesidad que yo estreche un poco más los argumentos para saber a qué atenerme sobre el particular de que tratamos.

He tenido noticias, por un artículo del periódico El Español, de otro trabajo sobre el teatro de esta nación, publicado en Madrid el año anterior por Lombía, poco extenso y profundo, si he de atenerme á la crítica que hace de él dicho periódico.

Sin embargo, en uno de los manuscritos que consulto, interrogado su autor sobre este mismo hecho, contesta: «Que no sabe que Quiroga haya tratado nunca de arrancar a sus padres dinero por la fuerza»; y contra la tradición constante, contra el asentimiento general, quiero atenerme a este dato contradictorio. ¡Lo contrario es horrible!