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Aserto en estremo aventurado y desventajoso; y si á ello se añade el modo con que se hace, vendremos forzosamente á concluir en una de dos cosas, ó que el tal autor del folleto ignora hasta la posicion de aquellas Islas, y que ni sabe dónde existen, ó que hay segunda y solapada intencion en las ideas emitidas.

Indudablemente sería Gil Vicente uno de los principales fundadores del drama español, dado el caso de que sus dramas se representaran en España. Verdad es que no hay datos auténticos, que confirmen este aserto, por lo demás no exento de verosimilitud.

Nótese, en prueba de la verdad de este aserto, que apenas hay historia, verídica o fabulosa, de dos muy finos amantes cuyo término venga a ser el matrimonio.

Véase, pues, en esta lijera demostracion comprobado satisfactoriamente el aserto sentado en un principio, á saber: que si en el folleto no hay una segunda intencion, hay por lo menos sobradísima ignorancia; concediéndole sin embargo á su autor la mejor buena fe y el mas vivo deseo por la prosperidad de esta nuestra patria.

Tiene además la de ser incultivable; todos los ensayos que se han hecho con este fin han sido infructuosos, lo que nos confirma en nuestro primer aserto de que este fenómeno es un hechizo del maligno gnomo de aquel rojo arenal.

Con esto, estaba misia Casilda tan agitada, que su cara de muñeca se había encendido, hasta el punto de hacer dudar de su aserto. Pero, Casilda dijo don Pablo Aquiles, es nuestra hermana, ¿podremos negarlo? , lo niego; el parentesco no lo hace la sangre, sino el cariño, ¿qué quieres? yo soy así.

Tengo un vivo recuerdo de cuando aquel hombre y orador admirable entró en mi despacho y me pidió una retractación del aserto estampado.

Merchán da la prueba de tan aventurado aserto cuando asegura que no hay español que pueda engendrar en América un hijo que no reniegue de su casta y que no se rebele contra la nación á que pertenece. Por dicha el Sr. Merchán se equivoca, y también se equivocó el señor Menéndez y Pelayo, y yo lo reconozco, aunque disculpo la última equivocación, enmendada ya. El Sr.

Un solo hecho bastará para justificar este aserto, por lo tocante á la gran procreacion de los ganados. Un indio llamado Pedro Chambi, habia reunido con el producto de su industria unas quince vacas, á cuya cria dedicándose luego con esmero, llegó de tal modo á multiplicarlas, que fuera del gran número vendido por él mientras vivió, aun dejó en 1828, al terminar sus dias, como mil cabezas.

Si se replica, que lo que existe de esta época, es sólo una parte pequeña de lo que se escribió, y que no nos autoriza para formular un juicio exacto y completo de la literatura dramática de este período, contestaremos que, aun cuando sea innegable la primera parte de este aserto, puesto que los índices de la Inquisición hablan de muchas piezas, que se imprimieron antes del año de 1550, y desaparecieron del todo á causa de sus prohibiciones , y es además probable que hubiese muchas otras manuscritas, que también se han perdido, sería, no obstante, extraño que fuesen de este número las mejores, y que solo las peores se hubiesen conservado .