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Actualizado: 10 de junio de 2025
Flándes fué un emporio, y sobre todo Brujas, en tanto que la independencia nacional fué el estímulo poderoso que animara al pueblo flamenco. Pero este pueblo no supo comprender la libertad sino á medias, es decir la libertad convertida en privilegio, exclusiva para las ciudades, nula para los paisanos, y en la ciudad misma fundada en el régimen del monopolio.
Esto turbó de manera la gente que peleaba en aquel lado que casi estuvo desbaratada, si Philes con su valor no los animára y detuviera. Peleóse gran rato, pero la victoria inclinó á la parte de Philes, y los Turcos desbaratados y vencidos, habiendo gran parte de ellos muerto en la batalla, huyeron. Siguióse el alcance hasta que los Turcos llegaron á un Castillo donde se habian fortificado.
Será un disputar graciosísimo dijo Amaranta porque cada cual pedirá esto y lo otro y lo de más allá. Conque salga uno diciendo: «Yo quiero tal cosa», y otro responda: «Pues no me da la gana», se animará esta desabrida reunión. ¡Cuándo las habrán visto más gordas!
Roussel y Mauricio, al quedar solos, se miraron, y enseguida, como si les animara un pensamiento único, dijeron á un tiempo: ¡Partamos! Hay un tren esta tarde; tenemos tiempo de hacer nuestros preparativos, añadió Roussel. Y no nos ilusionemos; va á ser preciso, acaso, emplear la fuerza para dar buena cuenta de la señorita Guichard. La emplearemos.
Era un rostro enemigo, lleno de malignas sonrisas, pero que sin embargo tenía gran semejanza con facciones que había conocido muy bien, aunque raras veces las animara una sonrisa y jamás una expresión malévola. Se diría que un espíritu maligno se había posesionado de la niña, y se mostraba en sus ojos.
El oro hace una cabriola y del 40 baja al 35, de éste al 29 y luego al 28; los pechos respiran con más facilidad... ¡cinco puntos de golpe! esto animará quizá a las cédulas, y las acciones saldrán de su postración. Pero ellas no se mueven, y el oro, de repente, salta del 28 al 42, en medio de la gritería del público desengañado. ¡Oro 342! ¡Compro! ¡Vendo!
El cual autor no pide a los que la leyeren, en premio del inmenso trabajo que le costó inquerir y buscar todos los archivos manchegos, por sacarla a luz, sino que le den el mesmo crédito que suelen dar los discretos a los libros de caballerías, que tan validos andan en el mundo; que con esto se tendrá por bien pagado y satisfecho, y se animará a sacar y buscar otras, si no tan verdaderas, a lo menos de tanta invención y pasatiempo.
Palabra del Dia
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