United States or Nepal ? Vote for the TOP Country of the Week !


»Pero, si no existía error en el diagnóstico, podía haberlo en el tratamiento, y aferrado a esta esperanza comenzó a exponer los medios que había puesto en práctica para combatir el mal; los sistemas, ya propios, ya ajenos, que había seguido, y las armas esgrimidas contra la horrible dolencia, imposible de vencer. ¿Qué otra cosa le quedaba por hacer?

Hasta se atrevió a emplear una metáfora tan nueva como atrevida, comparando el suicida, al desertor que abandona su puesto sin permiso de su cabo. El auvernés, que no había tomado nada en las últimas veinticuatro horas, parecía bien aferrado a su idea. Permanecía inmóvil y terco ante la muerte, como un asno ante un puente.

El tipo del magistrado moderno estaba bien representado por aquel abogado de cuarenta años, guapo, galante, espiritual, muy elocuente y muy aferrado al código pero que olvidaba completamente sus graves funciones cuando estaba en sociedad y sólo se ocupaba en gozar de la vida entre hombres de talento y mujeres amables.

La única virtud á que podía haberme aferrado, y á la que me aferré fuertemente hasta la última extremidad, ha sido la verdad; en todas las circunstancias lo hice, excepto cuando se trató de tu bien, de tu vida, de tu reputación; entonces consentí en el engaño.

El Gobierno francés, al fin, mandó a M. Mackau a terminar a todo trance el bloqueo, y con los conocimientos de M. Mackau sobre las cuestiones americanas, se firmó un tratado que dejaba a merced de Rosas el ejército de Lavalle, que llegaba en aquellos momentos mismos a las goteras de Buenos Aires y malograba para la Francia las simpatías profundas de los argentinos por ella y la de los franceses por los argentinos; porque la fraternidad galo-argentina estaba cimentada en una afección profunda de pueblo a pueblo, y en tal comunidad de intereses e ideas, que aun hoy, después de los desbarros de la política francesa, no ha podido en tres años despegar de las murallas de Montevideo a los heroicos extranjeros que se han aferrado a ellas como al último atrincheramiento que a la civilización europea queda en las márgenes del Plata.