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Actualizado: 1 de junio de 2025
Su tranquila gravedad, inalterable ante las burlas y los extremos de cómica furia con que el espada y sus amigos acogían tales declaraciones, respiraba orgullo por la excepción con que le habían honrado los correligionarios.
Sus ojos grises y su rostro de una blancura tierna, semejante a la de un merengue, acogían con visible complacencia estas palabras de brutal homenaje en idiomas que no podía entender. Algunos de los muchachos, que eran españoles, trataban con respetuosa familiaridad a Maltrana, que por algo se creía «el hombre más popular del buque».
La viña estaba llena de mujeres, y a Luis le agradaba el trato con aquellas mozas serranas que reían las gracias del señorito, y agradecían sus generosidades. María de la Luz y su padre acogían como un honor la asiduidad con que Luis visitaba la viña. De la ruidosa aventura de Matanzuela, apenas si quedaba un lejano recuerdo. ¡Cosas del señorito!
Le respeta la tolerancia con que los monarcas sarracenos acogían todas las doctrinas religiosas, y convierte a sus dos hermanas, dos hermosas moras que toman los nombres de Gracia y María, e inflamadas de santo entusiasmo quieren acompañar al hermano en sus predicaciones. Pero el viejo rey de Carlet había muerto.
Trabajaba de costurera a domicilio, y tenía tan buenas manos, que se la disputaban las parroquianas, señoritas de escasa fortuna, que acogían como una felicidad el confeccionar en sus casas vestidos iguales a los de las modistas. Era huérfana. Su padre había sido cochero en una casa grande; su madre, portera.
Los que habían bailado con las bellezas de la sala tenían la cara resplandeciente de felicidad y acogían, sonriendo, las bromitas de sus amigos, mientras los que habían apechugado con las feas, un tanto mohínos, ponían por las nubes la destreza en el baile de sus parejas.
Terminó la guerra. Las partidas, acosadas, pasaron del Centro a Cataluña, y por fin, empujadas sobre la frontera, tuvieron que rendir sus armas a los aduaneros franceses. Muchos se acogían al indulto, ganosos de volver a sus casas. Mariano el campanero se fue también.
Palabra del Dia
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