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Era el sahumerio de benjuí, única remembranza material de la tierra nativa que Almudena se permitía en su destierro vagabundo. El aroma especial, característico de casa mora, era su consuelo, su placer más vivo, práctica juntamente casera y religiosa, pues envuelto en aquel humo se puso a rezar cosas que ningún cristiano podía entender.
Gastáronse además á este intento, ocho docenas de pastillas finas de olor, almizcle estoraque y benjui contenidas, en pomos de vidrio, algunos de ellos de los celebrados de Venecia. Hay entre todas las partidas de la «Quenta» algunas que se refieren á cierta piedra que vino de Cartagena, y cuya aplicación no acierto á comprender.
AGUA PERFUMADA. Póngase en cuatro onzas de aguardiente una de benjuí, dos de estoraque y un poco de raíz de lirio de Florencia en polvo, dejándolo todo ocho horas en el rescoldo del fuego. Luego se pasa el líquido por un lienzo y sobre las heces se echan otras cuatro onzas de aguardiente, para sacar nuevo producto, que se mezcla con el primero y se embotella. Alcohol de 90º 1/4 de litro.
Alcohol de 32º 400 gramos Esencia de bergamota 4 cidra 4 cidrato 2 lavanda 2 flor de naranjo 1/2 rosas 1/2 Tintura de almizcle 1 benjuí 6 ámbar 1/3 Se mezcla bien todo con el alcohol, se deja muy tapado unos días y se filtra.
Y así se estaba la persona, sin distraerse, sin descuidarse, viendo subir el humo del benjuí, y mirando la luz de los siete agujeros, hasta que a las doce... «¡A las doce! repitió Benina sobresaltada . ¡Y al dar las doce campanadas viene... sale, se me aparece!... El Rey de baixo terra: pedir tú lo que quierer, y darlo ti él.
Palabra del Dia
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